Un año más,
Monchi acudirá al mercado en busca de un mediocentro -puede que dos- para reforzar la medular sevillista. Lo ha hecho cada temporada desde que el
Sevilla ascendió a Primera división y sabe perfectamente que es una posición en la que está obligado a acertar si quiere que
Unai Emery tenga garantías suficientes para repetir el éxito de la campaña pasada. Y es que esta temporada se han marchado nada menos que los dos futbolistas que hacían que el equipo funcionara en la sala de máquinas,
Ivan Rakitic y
Stéphane M´Bia.
El camerunés llegó el verano pasado como cedido y junto a él aterrizaron en
Nervión Vicente Iborra, previo pago de su cláusula de rescisión de seis millones de euros, y
Sebastián Cristóforo, por el que se abonaron dos millones. Además, desembarcó
Carriço, que ha acabado siendo titular en esa posición, aunque la intención para la próxima campaña es que se desempeñe en el centro de la zaga.
Rakitic llegó a Sevilla en enero de 2011 a cambio de 2,5 millones de euros y su venta -que si se cumplen algunos objetivos se acercará a los 25 millones- deja el mayor saldo positivo de un centrocampista traspasado por el
Sevilla, ya que los nervionenses habrían obtenido 22,5 millones de euros netos por su venta al Barcelona.
Por detrás del internacional ajedrezado aparece
Baptista -fichado como mediocentro aunque acabó jugando en punta- que fue incorporado por 3,5 millones y traspasado por 24,5 kilos.
Keita y
Poulsen dejaron un saldo de diez millones de euros cada uno, mientras que el beneficio que reportó
Kondogbia se quedó en 8,5 kilos descontado lo que se llevó el fondo de inversión
Doyen Group.
Medel (7 kilos de beneficio) sería el siguiente en la lista, mientras que
Romaric (8,5 millones perdidos) sería el gran fiasco de una gestión que deja un saldo positivo de más de 40 millones hasta la fecha.
Enrique García2 min lectura