Descorcharon pronto el tapón

Hay que buscar alternativas en el Bernabéu, igual que en el Camp Nou, para cortocircuitar a dos de los transatlánticos de la Liga, aunque el plan salió ‘rana’ anoche a un Sevilla excesivamente contemplativo y carente de intensidad, detalle que ni siquiera las bajas justifican. Emery intentó contener sin suerte las acometidas blancas taponando ambos costados, y quiso hacer daño a la contra. Con todo, sin un altísimo índice de acierto en ambas áreas, la tarea resulta imposible.

En la primera mitad, Unai planteó un 1-4-4-1-1 con dobles laterales para tratar de enjugar la profundidad del Real Madrid por fuera, amén de una presión alta que sólo funcionó al principio (hasta el 1-0) y en ocasiones contadas. Con Iborra bastante perdido y tratando de ayudar a Trémoulinas en la izquierda -incomprensible el exceso de respeto del lateral francés ante las acciones de Bale-, el conjunto merengue superaba luego con cierta facilidad la oposición del doble pivote formado por Krychowiak y Cristóforo, percutiendo a su espalda gracias a la movilidad de los tres de arriba y a un Kroos activado.

En la reanudación, la salida de Reyes permitía, al fin, que el Sevilla tuviera algo más el balón y, sobre todo, que supiera qué hacer con él. El achique, con todo, continuaba siendo discontinuo, algo que, teniendo en cuenta que esta fase se convirtió en alocada y de ciertas idas y vueltas, no auguraba nada positivo. Al final, incluso, hubo reajustes en el sistema -no es el míster vasco muy amigo de jugar con dos delanteros-, llegando aproximaciones claras con el marcador decidido.