El futuro del banquillo del Sevilla sigue muy en el aire, aunque podría ser una cuestión de horas, dado que
Eduardo Berizzo, el favorito de
Óscar Arias, va a tomar y hacer pública su decisión entre el término del partido que juega el Celta en la noche de este miércoles ante el Real Madrid y el comienzo del envite que disputarán
el domingo los celestes ante la Real Sociedad.
La cuestión es que
en Nervión no las tienen todas consigo. Primero, porque aún desconocen, pese a lo que se asegura,
por dónde va a salir el tema de Sampaoli, a quien le resta
otro año de contrato. Se entiende que la AFA vendrá a por él, pero ésta no ha comunicado aún a José Castro que vaya a pagar la cláusula y
tampoco se desea anuncia a su sustituto antes, para no invitar a los argentinos a llevárselo sin tener que abonar los 1,5 millones de euros.
Además,
no se tiene claro que Berizzo vaya a aceptar la propuesta de
una temporada más otra vinculada a objetivos -clasificación para Champions, se entiende- que le han puesto sobre la mesa, según
Cope. Y no porque le parezcan pocos años (el ex central siempre firma de uno en uno), sino porque sigue sin tener claro si
continuar en el Celta o aceptar otra propuesta, entre las que puja fuerte
una del Athletic, club que paga bien, que estará en Europa la próxima temporada, presumiblemente, y que tiene un equipo hecho y estable.
En el Sevilla, el técnico que llegue tendrá que
armar un equipo en un tiempo récord, aceptando las
probables salidas de pesos pesados, como Vitolo o N'Zonzi, y teniendo
la exigencia de superar una previa de Liga de Campeones que
podría ser de altísimo nivel. El riesgo de arrancar una nueva andadura fracasando existe y sería mortal de necesidad.
En cualquier caso, existen alternativas.
La principal es la de Javi Gracia. El actual técnico del Rubin Kazan se fue a Rusia reconociendo públicamente que
tanto el Sevilla como el Betis le habían tanteado -a Monchi le gustaba como posible sustituto de Emery- y allí, pese a tener tres años más de contrato, estiman que debería marcharse, debido a que su altísimo caché (cuatro millones netos) no se corresponde con el rendimiento que le está sacando al equipo, más cerca del descenso que de Europa. Gracia vería con buenos ojos recalar en el Sánchez-Pizjuán, si bien sería complejo que renunciara a su contrato en el Rubin para firmar un año más otro opcional.
Otro que gusta es Laurent Blanc. Durante su etapa en el Girondins, con el que ganó una Ligue 1 -Trémoulinas estaba en su plantilla-, se guardan jugosos informes sobre el expreparador del PSG, club que le abonó unos 20 millones de euros el pasado verano para rescindir su contrato y firmar a Unai Emery. Blanc ha pasado un año sabático en Merano, una región de Italia, y está escuchando ofertas. Habla español y le encanta LaLiga.
Una alternativa más,
también manejada por el Betis o el Celta, es la de
Mauricio Pellegrino, cuyo
excelente trabajo en el Alavés, equipo revelación en el campeonato doméstico y
finalista de la Copa del Rey.
Finalmente, tampoco se descarta, según
Radio Sevilla,
el nombre de Diego Martínez, entrenador metódico y en constante progreso que está firmando una excelente temporada con el filial nervionense. Sería, pese a ello, una opción arriesgada y Óscar Arias lo que pretente, muy al contrario, es pisar sobre suelo firme. Martínez tiene contrato hasta el 30 de junio y todo apunta a que renovará y seguirá al frente del SAT, no siendo descartable que acepte alguna de las propuestas que maneja.
Todo depende de un Berizzo que podría anunciar su decisión, de seguir o no en Vigo, incluso
este mismo jueves. Otra cosa sería que aclarase, en el segundo caso, cuál será su destino.