Todo, absolutamente todo lo que se vivió en El Sadar parecía ficción, el final de la película de terror que lleva viviendo el Betis desde el pasado mes de agosto y que se merecía un final acorde. El equipo verdiblanco perdió y es el peor colista de este siglo; Osasuna descendió, pese a ganar, y sus aficionados no tuvieron consuelo; y por si era aún poco dramatismo, una valla cedió en el primer gol navarro y el resultado fue de 40 heridos. Por suerte, ninguno de gravedad. Pero las imágenes eran dantescas y obligaron a retrasar en 45 minutos el desenlace de la última jornada.
Independientemente de eso, el Betis dejó una imagen, como poco, digna, que respalda lo visto la semana anterior. Es un primer paso para lo que debe ser un pronto retorno a la categoría que ahora deja. Si lo hace con algunas de sus actuales estrellas o no lo sabremos en los próximos días. No obstante, se anuncia limpia.
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