Castaño afirma que el "único rival es el Sevilla"

Manuel Castaño ha pedido "unidad a todos los béticos" a partir del 23 de septiembre, cuando se constituirá un nuevo consejo de administración, para que "se vuelva a hablar de fútbol tras cinco años de intervención judicial".

Castaño, que aspira a presidir el Betis amparado en sus propias acciones y en el 19,96 por ciento que controlan las empresas de Manuel Ruiz de Lopera, ha reiterado, en la comparecencia para presentar su proyecto, que espera "conseguir la unidad de todos los béticos" porque "para que el Betis sea grande tiene que estar unido".

En este sentido, el abogado aseguró que cuenta "con el apoyo de Farusa", que "tendrá derecho a nombrar a dos consejeros" y limitó al carácter de "consultivo" el papel de Lopera.

"En el momento que no sea libre, me iré a mi casa. Lopera será consultado en algunos aspectos pero las decisiones las tomará el consejo de administración", zanjó al respecto.

Castaño declaró que los exconsejeros Ángel Haro y José Miguel López Catalán, que han presentado un proyecto para dirigir la entidad "no son rivales", sino "béticos que opinan distinto" a él, cuyo "único rival es el Sevilla".

También presentó algunas líneas maestras de su futuro mandato, como el deseo de "dedicar el 5 por ciento del presupuesto a los escalafones inferiores" porque su "ilusión es que tres cuartas partes de la primera plantilla lo formen canteranos".

El antiguo responsable de la cantera bética confirmó el regreso al club de los técnicos Miguel Valenzuela y Paco Chaparro, y aunque aseguró que dará "un voto de confianza" a Eduardo Macià, fue claro al decir que "esperaba más de su labor".

Castaño cargó contra "las personas que han gobernado el Betis durante estos cinco años" al decir que no afirma "que no sean honradas, pero no lo parecen", toda vez que un informe independiente ha calificado al club como "el menos transparente de Primera".

"El dirigente tiene que ser honrado y parecerlo", dijo antes de lamentar que "cada partido se regalan 1.500 entradas" y anunciar que "se van a ajustar los sueldos a la realidad del Betis y se van a suprimir puestos de trabajo", ya que considera que se ha convertido "en el club del enchufismo".