Roman Zozulya, el futbolista que completó inesperadamente la vanguardia bética la pasada semana, aterrizó por fin en la tarde-noche de ayer en el Aeropuerto de San Pablo. Como quiera que ya cumplió con el resto de trámites (salvo la presentación oficial), este martes se incorporará ya a los entrenamientos con su nuevo equipo, después de una parafernalia desconocida en
Heliópolis hasta la fecha para incorporar jugadores: pasó
reconocimiento médico en Madrid, desde donde atendió a los medios oficiales verdiblancos, para regresar luego a
Ucrania sin unirse al 'stage' que los de
Gustavo Poyet desarrollaban en tierras germanas. Antes al contrario, el ariete pasó por
Dnipropetrovsk para recoger sus pertenencias y despedirse de sus amigos. Aprovechó también para atender a un medio de su país, 'KP', donde realizó confesiones a las que tampoco se está muy acostumbrado por estos lares.
"Me decanté por la opción del
Betis, aunque tenía ofertas de la
Bundesliga, y los aficionados me apoyaron. Ya he dicho que soy hombre de una sola mujer, por lo que, tras cinco años en el
Dnipro, se me ha hecho muy difícil salir. Con todo, esto es para mí un paso adelante; creo que tomé la decisión correcta. De todas formas, volveré a la ciudad de vacaciones y quiero establecerme allí cuando me retire", apunta
Zozulya, que desgrana las razones por las que eligió
Sevilla, entre las que no se encuentra precisamente el dinero: "Siempre me ha gustado LaLiga, y el
Betis es un buen equipo, con mucha historia. Estuvimos hablando durante una semana, pero estaba pendiente la decisión de Apelación sobre mi sanción; sabía que, si no me la recortaban, se cancelaría el fichaje, aunque estuve informándome sobre el Betis. Hasta el último segundo estuve esperando muy preocupado noticias del comité, por lo que llegué a perder hasta un avión. Me reuní con el director deportivo (heliopolitano) en Madrid, pasé reconocimiento médico y negociamos durante cuatro horas los matices del contrato. Para mí es un país nuevo, pero, al final, nos pusimos de acuerdo para firmar por tres temporadas. En cuanto al salario, no niego que cobraré tres veces menos que en
Dnipro".
En este sentido, el nuevo delantero heliopolitano agradece la presencia en la ciudad de su amigo y paisano
Konoplyanka, a quien consultó antes de venir y que le ayudará a adaptarse más rápidamente: "Cuando saltaron los rumores de que podía ir al
Betis, Yevhen me llamó para preguntarme si era cierto. Le dije que las negociaciones ya estaban en marcha. Cuando firmé, le mandé un mensaje, aunque olvidé preguntarle por algunos detalles. Me alegro de que él también esté en
Sevilla. Como somos amigos, creo que, con él allí, me acoplaré fácilmente, aunque me valdré por mí mismo, como es lógico, porque no soy un niño. Cuando nos enfrentemos, seremos enemigos, pero, en el día a día, nuestra relación no se va a ver afectada. Además, en el Betis trabaja
Marcos Alvarez, que fue miembro del cuerpo técnico de
Juande Ramos en el
Dnipro y sabe hablar ruso, por lo que me ayudará en el trabajo. Con el tiempo, me mudaré con toda la familia, buscaré una buena casa y aprenderé el idioma. Mi hija Caroline está muy involucrada en el tenis. En España, las escuelas de ese deporte son mejores, así que, si Dios quiere, tendremos una estrella en el futuro".