Real Betis 3-2 Girona: Canales pone la cordura a tiempo

Real Betis 3-2 Girona: Canales pone la cordura a tiempo
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 6 min lectura
Había que ganar y se logró. Lo ideal habría sido sufrir menos, pero el Betis se dejó remontar antes del descanso y sufrió para mantener el empate que restablecía Loren nada más volver de vestuarios, llegando vivo a un epílogo en el que Canales, ejecutor del volteo definitivo, puso la cordura para amarrar el primer triunfo de 2019, que no pudo ser más oportuno, pues Getafe y Valencia demarraban por delante y por detrás, por lo que hacía falta un golpe en la mesa antes de que Europa se pusiera caro en pleno maratón.

De inicio, la esperada continuidad de la defensa de tres y la también previsible doble punta, lo que deparó un primer tiempo extrañísimo en el que al tempranero 1-0, de libre directo convertido por Tello con brillantez desde el vértice del área, y al perdón de la sentencia por parte de Sanabria siguió una fase de interrupciones y contingencias que desconectó al anfitrión, dubitativo y fallón en las entregas, lo que aprovecharon los catalanes.

Así, el paraguayo tuvo el segundo antes del cuarto de hora, pero se entretuvo para permitir que le encimaran Bono y Juanpe. Barragán, que había sido su asistente y estaba completando un arranque tácticamente sobresaliente, enjugó muy a su pesar su actuación con una pésima cesión a Pau López que se quedó corta. La cazó Doumbia, que salvó la innecesaria salida de Pau cediendo a Portu para que éste regalase el empate a Aleix García.

Incluso, en pleno desconcierto bético en la medular -Lo Celso le cogió asco al partido y hacía la guerra por su cuenta-, el mediocentro cedido por el City forzó un córner con otro chutazo desde lejos, tras la enésima pérdida local en la salida, que Juanpe casi castiga en la acción posterior. La remontada la materializaría Doumbia en las postrimerías de una mitad inaugural que se hizo larguísima a los de Setién: Pau sale a los pies de Portu, pero ni ataja ni despeja, por lo que el murciano se revuelve y la pone en el área chica para que el marfileño, ante la pasividad de un Mandi igualmente gris ayer, remachara a placer.

En la reanudación, una ráfaga precoz anduvo cerca de brindar un empate que habría venido de perlas al Betis, pero Bartra estaba claramente en fuera de juego, como ratificó el VAR, cuando remachó el centro-chut de un persistente Guardado. Tocaba seguir remando y no perder la fe, si bien las sensaciones tardarían poco en confirmarse. De nuevo sería al contragolpe, una suerte a contraestilo aunque de éxito frecuente en Heliópolis: córner a favor del Girona que Lo Celso convierte en una transición rapidísima de Canales, soberbio en la carrera, en el recorte a Porro y en el pase a Loren, que le pegó fuerte y raso a la esquina contraria entre las piernas de Pere Pons y lejos del alcance de Bono.

No cesaban las dudas atrás de los verdiblancos, que, al menos, se asociaban mejor en campo contrario. Lo Celso, como siempre más despierto en las segundas partes, hizo diabluras ante Alcalá y en una melé, pero no le entendieron los posibles rematadores. Sea como fuere, Eusebio prescindió de sus carrileros, lo que no fue óbice para que los suyos apretaran una y otra vez en la parcela ancha, robando infinidad de balones y merodeando el área de Pau. Mandi, Bartra y, sobre todo, el recién ingresado Feddal se empleaban a fondo en la anticipación, pero el Betis, tan inconformista como osado, hacía funambulismo.

Setién tiró para el arreón final de Sergio León y Lainez, cuyos desmarques no vio Tello a tiempo en su cabalgada a ocho del epílogo. El 'uy' pasaba de una portería a otra sin solución de continuidad, pues Gio no pudo aprovechar el buen servicio atrás del mexicano, al tiempo que Tello se tiraba al suelo para impedir el pase de la muerte de Ramalho. Quedaba muy poco margen de maniobra, pero la sensación defendía algún movimiento postrero del marcador.

La tuvo Canales, con un disparo desde la frontal que no logró ajustar lo suficiente. El cántabro, eso sí, era el bético más entonado de los que estaban sobre el campo, con lo que fue el elegido en la última acción, fruto de un inexplicable penalti de Douglas Luiz a Lo Celso -el argentino se adelantó para que el brasileño pateara su pierna en el despeje en el área- que el '6' mandó a las mallas con tranquilidad, 'paradinha' incluida para engañar a Bono. Otro epílogo gozoso en verdiblanco.
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