Las terminales siguen cerradas

Las terminales siguen cerradas
- A. Federero
Antonio FedereroAntonio Federero4 min lectura
El debate del cambio de entrenador en el Betis acabó llevándose por delante a Quique Setién y su fútbol de excesivo sobe de balón y tan falto de profundidad. La planta noble del Benito Villamarín entendió que aquel sector de la afición que reclamaba práctica y no teoría tenía razón, así que el santanderino dejaba el banquillo verdiblanco nada más acabar la pasada Liga.

Dos semanas después se conocía el nombre de su sucesor. Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ apostaba por abandonar el proyecto europeo del Espanyol para coger las riendas de un Betis en el que se presentó diciendo: “Para mí una cosa es la filosofía y otra el esquema. La filosofía de ir a por el partido o buscar otro gol eso no va a cambiar. El esquema, corregir cosas... eso es el pan de cada día. En el momento en el que algo no sale cien por cien bien tienes que hacer cosas de otra manera. Hay que adaptarse al estado de forma de los jugadores, el momento del partido...”.

Un discurso que era el que llevaba reclamando parte de la parroquia heliopolitana: "Si las cosas no salen de una manera, se intentan de otra”. Gustaba la puesta en escena de Rubi, más aun cuando en una de las primeras sesiones de entrenamiento espetaba a sus jugadores: “Nos vamos a girar como aviones”.

Sin embargo, una vez concluida la pretemporada, las terminales por las que tienen que salir esos aviones dan la impresión de seguir cerradas.

La pretemporada del Betis ha dejado mucho que desear. Por resultados no tanto (ha ganado la mitad de lo que ha jugado) pero sí por juego, máxime cuando la entidad de los rivales no ha sido nada del otro mundo. Derrotas ante un recién ascendido a la Premier League (Sheffield), un Segunda español (Deportivo) y el Puebla mexicano; empate con Oporto, el adversario de más nombre pero también en fase de probaturas; y triunfos sin brillo ante otro Segunda como Las Palmas, y contra Raja Casablanca, Portimonense y Querétaro.

A una semana de empezar la competición liguera, el Betis demostró en Riazor que su técnico tiene mucho trabajo por delante. Al movible 4-2-3-1 del catalán le falta saber conectar líneas, más contundencia defensiva con menos inmolación (parecía que eso se acabaría con la permuta de entrenador, pero no) y un ataque más incisivo. Por no hablar de que futbolistas como Fekir, Canales, Tello, Bartra o Carvalho marquen las diferencias.

Parece existir consenso en que la actual plantilla del Betis es buena, pero también en que este verano no se ha jugado al fútbol como se esperaba. No deben saltar las alarmas, hay tiempo para corregir errores y deben llegar fichajes. Pero la pretemporada pasó y el cambio que se pedía, en cambio, parece que no.
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