Este
Real Betis tiene
un problema evidente en el aspecto defensivo, pues cada pérdida de balón en ataque, o cada jugada inacabada, al fin y al cabo, termina con
una acción de peligro del rival, si no en un gol en contra.
En la plantilla de Rubi, no obstante,
hay más víctimas que culpables, pues no se trata de que no estén haciendo bien su trabajo, o de que dejen en algún momento de correr, sino más bien de que
no saben hacerlo.
Y es que resulta evidente la ausencia de
alguien especializado: un jugador fuerte y rápido, que
robe, realice coberturas y dé equilibrio.
Ese simple movimiento de mercado
haría mejores a los centrales, quienes no destacan por ser poderosos en el cuerpo a cuerpo y quienes ven llegar a los rivales en oleadas, pero también a un
William Carvalho que podría éstar más liberado para sacar el balón jugado y avanzae metros mediantes asociaciones, algo que sí hace con Portugal.
El ex del Sporting, quizás por el
enorme esfuerzo que le supone realizar tantas tareas en este Betis, ha sufrido
una lesión muscular que le impidió jugar ante la SD Eibar, aunque, incluso habiéndose perdido dicho partido, Carvalho tiene el dudoso honor, junto a Naldo, de ser el futbolista más agresivo de LaLiga, al haber visto ya
tres amarillas y una roja.
Siendo el Betis uno de los equipos de Primera que
menos entradas hace por partido (12,5) y, en cambio,
el tercero más tarjeteado, parece evideten que
los de Rubi no defienden nada bien y que se están viendo
superados en las transiciones defensivas, siendo Carvalho, desgastado por la
excesiva acumulación de tareas y la ausencia de ayudas, uno de los más perjudicados.