ANÁLISIS

Cinco motivos que explican la crisis del Sevilla FC

Carlos PérezCarlos Pérez
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Cinco motivos que explican la crisis del Sevilla FC
Machín contempló en Vigo cómo un rival muy limitado fue superior a su equipo. - Carlos Pérez (@carlosperezED)
El Sevilla FC se ha caído. Y todos las miradas están puestas sobre un Pablo Machín que, eso sí, estaba sacando rendimiento a la plantilla por encima de las posibilidades reales de ésta, con distintas taras. "Son top", ha repetido Joaquín Caparrós una y otra vez sobre los jugadores, mientras el técnico se devanaba los sesos semana a semana para poder completar una mera lista de 18 y hacer una sustitución decente, que mejorara las prestaciones del equipo. 

Y eso no quita que Machín se haya equivocado, claro. Especialmente, lo ha hecho en la última semana. Fue mala su alineación en el Camp Nou y fue pésima su reacción desde el banquillo, tanto en Barcelona como en Vigo. 

Grosso modo, existen cinco motivos para explicar el bajón general del Sevilla FC tras la empinada cuesta de enero: 

1. Cansancio. Siete de los 13 jugadores de las cinco grandes ligas de Europa que han jugado más partidos esta temporada son del Sevilla FC: Banega (37), Sarabia (36), Franco Vázquez (34), Václik (34), Ben Yedder (34) y Roque Mesa (34), tal y como refleja @OptaJose. Tres ellos son los mediocentros titulares. Futbolistas, por otra parte, poco físicos, que han sufrido un gran desgaste en un sistema que promueve el ida y vuelta; las transiciones rápidas tras la recuperación. El cuadro nervionense ya es el quinto que menos acciones defensivas realiza en campo contrario y, por lo tanto, tras la recuperación se encuentra con demasiados metros por recorrer hasta la portería contraria. Ya pocas veces se asoma.

2. Ausencia de un 'plan B'. Las lesiones (tantas no pueden ser casualidad) y el escaso fondo de armario de la plantilla han propiciado que Machín no haya podido modificar el signo de un partido moviendo su banquillo, siendo el impacto de sus cambios nulo, según las estadísticas. En el Camp Nou, buscando precisamente tenerlo, dejó fuera a algunos titulares y acabó pagándolo caro. En buena parte, porque tardó en sacarlos. El soriano siempre recuerda que le gusta tener un 'plan B'. pero éste nunca ha existido sobre el papel. 

3. Dibujo conocido. El Sevilla ha perdido el factor sorpresa. Ya pocos oponen únicamente dos centrales a sus dos delanteros. Ya no cogen a ningún rival por sorpresa los cambios de orientación para que el carrilero llegue solo hasta la línea de fondo y centre. Ya todos están atentos a las llegadas de sus futbolistas desde de la segunda línea. Ya es vox pópuli que se puede sacar provecho encimando a Banega y no dejando girarse al Mudo y Roque Mesa. El Sevilla necesita un nuevo giro. Sobre todo, fuera, donde es evidente que jugar como en casa no le vale.

4. Sin carrileros. En el estilo de juego de Machín, la importancia de los dos jugadores que actúan por fuera es perentoria y el equipo acusa mucho no poder contar con Jesús Navas, mientras ni Escudero, ni Aleix ni Arana han ofrecido el nivel esperado. Al soriano le gustan los carrileros con proyección ofensiva y darles mucho protagonismo, pero últimamente sólo lo ha podido hacer con un Promes que, para más inri, ha tardado en adaptarse a una posición que no es la suya.  

5. Balón parado. La pasada temporada a estas alturas, el Girona de Machín era el equipo de Europa que más partido le sacaba a las acciones a balón parado. Acabó la temporada firmando casi el 50% de sus goles gracias a la estrategia. Y ahora se sabe que no era una mera cuestión de pizarra. En el laboratorio hay que meter a un buen especialista y, al menos, a un ducho rematador de cabeza. El problema es que en Nervión no encuentra ni a su Granell ni a su Stuani. Falta precisión y altura, por lo que cada saque de esquina o falta cercana al área rival es un regalo para el contrario.
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