Jugar con tres atrás, por sistema

Carlos PérezCarlos Pérez
3 min lectura
Jugar con tres atrás, por sistema
- Carlos Pérez (@carlosperezED
Hay épocas en las que circula que comer un determinado alimento no es bueno para la salud y otras en las que los médicos aseguran todo lo contrario, e igual ocurre lo mismo con esta afirmación ahora, pero yo he tenido entendido, to-da la vi-da, que el técnico debe adaptar su sistema a los jugadores que tiene, no al contrario. Y no hablo únicamente del dibujo; sobre todo, me refiero a la propuesta.

Si un técnico tiene un estilo muy marcado, no obstante, el director deportivo de turno debe ponerle a su disposición todas las herramientas que necesite que construya el equipo que desea. Si no, el proyecto estará abocado al fracaso. Es algo que interiorizó bien Monchi cuando vio caer a Marcelino precisamente por no haberle fichado lo que precisaba para desarrollar su idea de juego, algo que no le hizo dudar a la hora de darle un vuelco total a la plantilla en un solo verano cuando Sampaoli reemplazó a Emery, pues el argentino, al contrario que el vasco, deseaba que sus hombres viviesen en campo contrario. Y, obviamente, con Krychowiak le hubiese resultado imposible hacerlo.

El pasado verano, en cambio, Caparrós le compró el traje a Machín sin ni siquiera haberse tomado antes las medidas. Y sigue sin quedarle de todo bien, pese a haber tenido ya dos mercados para ajustárselo. Continúa habiendo jugadores incómodos, fuera de sitio. Forzados. Banega, uno de los más tarjeteados de Europa, de pivote, porque Machín dice que no cuenta con centrales que saquen bien el balón jugado, como desearía; el 'Mudo', de interior, pagando en esta fase de la temporada los tremendos sobreesfuerzos de tener que ocupar constantemente todo el campo; Promes, de lo que sea, excepto de extremo zurdo para trazar diagonales interiores, que es lo que realmente se le da bien... Y al final, como le ocurrió a Marge Simpson con su vestido de Channel, el tema está cantando.

Igual es que el Sevilla no cuenta con los jugadores idóneos para ir y volver constantemente ni para mantener un ritmo alto durante todo un partido. Quizás, como se vio ante el Barça, se sentiría menos expuesto con cuatro atrás, dos mediocentros y más hombres por fuera. Posiblemente, aguantaría más -y se lesionarían menos- alternando una presión alta con tramos largos de posesión...

Es posible que el principal culpable sea un Caparrós inexperto como director deportivo/fútbol, pero está en Machín no tener que irse del club antes de tiempo. Y, seguramente, eso pase por no jugar siempre con tres atrás, por sistema.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram