ANÁLISIS

Pros y contras de la continuidad de Caparrós en el Sevilla

Carlos PérezCarlos Pérez
6 min lectura
Pros y contras de la continuidad de Caparrós en el Sevilla
Caparrós no ha perdido ninguno de sus últimos cinco partidos como entrenador del Sevilla FC. - Carlos Pérez (@carlosperezED)
Caparrós ha dejado claro que tiene en mente seguir en el banquillo del Sevilla FC más allá de junio ("A mí me gustaría seguir") y Monchi no le cierra la puerta ("No hay que descartarlo"). Obviamente, el director general deportivo cometería una torpeza si anunciase, con 10 jornadas por delante, que el utrerano no será, en ningún caso, el entrenador de la próxima temporada, pues éste perdería mucha autoridad en el vestuario y los jugadores bajarían su nivel, pero la realidad es que, lo tenga más o menos en mente el de San Fernando, el otrora director de fútbol se va a jugar en lo que queda de 18/19 su posible continuidad en el banquillo. ¿O se atrevería Monchi a apartarle del cargo si el equipo acabase en puestos que dan acceso a Liga de Campeones?

Sea como sea, el debate está en la calle y analizamos, por ello, lo que tendría que poner Monchi en cada parte de la balanza a la hora de analizar la continuidad de Caparrós como entrenador del primer equipo:

A FAVOR:

1. Hombre de la casa. Pese a que sentir los colores no le hace más ducho como entrenador, sí que deja fuera de toda duda que nunca ofrecería menos del cien por cien, como ha hecho en sus últimos cinco partidos, en los cuales, por cierto, no ha perdido (4 V / 1 E). Nadie mejor que él para saber cómo respira cada estamento del club.

2. Conocimiento de la plantilla. Trabajó la pasada temporada con parte de la misma y gestionó en verano las altas y las bajas, por lo que sabe a la perfección cuáles son sus fortalezas y sus debilidades o qué puede dar cada futbolista, por nivel e implicación. Facilitaría la planificación a Monchi.

3. La cantera. Un club que ha criado a campeones del mundo (Ramos, Navas y Marchena) necesita en su primer equipo a un técnico valiente, que no le tiemble el pulso a la hora de dar oportunidades a los que llegan desde abajo empujando. Ello redundaría en beneficios deportivos y económicos, a la larga.

4. Experiencia. Con Berizzo o Machín se ha demostrado que no cualquiera está a la altura del club. Que no todos están capacitados para aceptar su exigencia ni para soportar su presión. Caparrós acumula 500 partidos en LaLiga, nadie ha dirigido más al Sevilla en Primera y ha salido victorioso de situaciones deportivas muy peliagudas in temblarle el pulso. 

5. Un mercado pobre. Castro no dudó en darle al utrerano al equipo al estudiar lo que había libre. E, igualmente, tampoco ofrecen mucha seguridad los que están trabajando. ¿La daría Bordalás? ¿Podría optar el Sevilla a Pochettino o Blanc? ¿Funcionaría Di Francesco? Jorge Jesus, ofrecido mientras se tambaleaba Machín, sería interesante, aunque tampoco desaparecerían los riesgos.

EN CONTRA:

1. El precedente. Ya Monchi decidió en su día que el equipo había tocado techo a sus mandos. Caparrós es ideal para sentar unas bases, sin duda. Para dar el salto... Además, el de San Fernando ya cuenta en su haber con el error de sentirse obligado, por ganar la Copa y dejar al equipo cuarto, a mantener a Álvarez pese a no verle ideal para su nuevo proyecto.   

2. Su estilo. Tras la salida de Emery, Monchi entendió que debía dar un giro, hacia un estilo más ofensivo, para que el equipo terminase de dar el paso y se convirtiese en uno de los grandes de Europa. Por eso, fichó a Sampaoli. Y por eso su sustituto, Óscar Arias, continuó con esa misma política. El librito de Caparrós choca con la misma. 

3. Es parte del problema. A día de hoy, el utrerano no deja de ser un parche para tapar la sangría de una herida que él mismo ha provocado con sus malas decisiones desde los despachos y su continuidad, aun en el banquillo, impediría dar por cerrado un proyecto que, en definitiva, ha fracasado.   

4. Sevillismo, servilismo. Se correría el riesgo de que su sevillismo se tornase en servilismo y d que, de ese modo, el plantel se fuese empobreciendo al 'tragar' con los fichajes, como hizo Manolo Jiménez cuando heredó la mejor plantilla de la historia de la entidad. ¿O Juande habría aceptado jugar con Duscher y Romaric, acaso? 

5. Su exiguo palmarés. Son 500 partidos en la elite, sí, pero los mismos no le han servido para ganar ningún título y se supone que eso es lo que se le exigiría a patir de la próxima campaña, pues el Sevilla se ha habituado a ello. Si no, como mínimo, llegar lo más lejos posible en todas las competiciones y se da la circunstancia de que únicamente ha superado una eliminatoria en Europa... ante el Panathiaikos y a la heróica, siendo dieciseisavos. 
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