Está cumpliendo con su palabra Manuel
Pellegrini, que se felicitaba por la continuidad de
William Carvalho, pese a que el internacional portugués era el principal
señalado para abandonar la nave verdiblanca antes del
31 de agosto con el fin de liberar masa salarial para el aterrizaje de
Bellerín (por el que hubo que relegar a
Yassin Fekir y hacer 'encaje de bolillos' económico) y quizás de
Dani Ceballos, aunque todos desmintieron después que el retorno del utrerano hubiese estado seriamente sobre la mesa. El caso es que el todavía madridista es una
asignatura pendiente en Heliópolis, una
reconciliación buscada y deseada por todas las partes (no tanto por la del míster chileno) que necesita el
guiño monetario que brindaría la marcha del mediocentro de Luanda.
El '14'
se resistió a aceptar alguna de las muchas
ofertas que recibió el mes pasado desde
Inglaterra (alguna de la Premier y un par de Championship)
y Turquía, feliz en una ciudad donde nació su único vástago, Brian, amén de exigente a la hora de valorar un cambio de aires que, en cualquier caso, será urgente en la planta noble del
Benito Villamarín el año que viene, ya que su contrato expira en
2023 y, de no ser cedido o traspasado en las dos próximas ventanas de transferencias, podría comprometerse con quien quisiera a coste cero en la siguiente. Por todo ello, y porque el compromiso verbal con Ceballos y el Madrid es
reactivar la operación el próximo enero, el futuro de Carvalho se debatirá de nuevo entonces.
Por ahora, el ex del Sporting Clube está entrando en las
rotaciones de Pellegrini, con
107 minutos repartidos en tres partidos de cinco posibles, generalmente entrando desde el
banquillo. Muy poco para el segundo sueldo más alto de la plantilla bética (
2,5 millones de euros netos), razón por la que, pese a ser del gusto del entrenador, William lleva tiempo sonando para otros clubes, desde el
Benfica de su ex técnico
Jorge Jesús (la rivalidad en Lisboa, con una
penalización de 30 kilos en los contratos, frustró hace dos veranos su vuelta a 'casa') al
Fulham de su compatriota
Marco Silva, que lo llamó sin suerte para
persuadirlo y que pagaba por el préstamo, amén de aceptar una
obligación de compra cercana a los
15 millones (están pidiendo no menos de 20 en La Palmera) si logran el ascenso.
Con todo, el que medita lanzarse a por el centrocampista verdiblanco, según cuentan en Italia, es el
Milan, donde el retorno de
Bakayoko está decepcionando. Pocos minutos, actuaciones deficientes con fallos groseros y una lesión que ha despertado las alarmas del club 'rossonero'. Además,
Pioli perderá en enero a dos medios defensivos, el marfileño
Kessié y el argelino
Bennacer, que se marchan a la
Copa de África, por lo que
Paolo Maldini, responsable de la planificación de los lombardos, peina el mercado en busca de un futbolista experimentado y de garantías. Uno de los nombres mejor posicionados sería el de William Carvalho, si bien en el Giuseppe Meazza pretenderían una solución no demasiado costosa, seguramente mediante la
cesión con opción de compra, aunque asumirían su alta
ficha. A ver qué piensa el luso-angoleño si esa vía cuaja.