Real Betis 1-1 Valencia (5-4): Miranda rubrica la Tercera, labrada con suspense, sudor y lágrimas

El palo y Mamardashivili permitieron al cuadro che, muy peligroso al contragolpe, forzar la prórroga y una tanda que no fue fatídica para Heliópolis

Real Betis 1-1 Valencia (5-4): Miranda rubrica la Tercera, labrada con suspense, sudor y lágrimas
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 12 min lectura
No podía llegar de otra forma. El Betis fue mejor, sabiendo sufrir al principio de la segunda mitad, a un Valencia encomendado exclusivamente al contragolpe, pero se estrelló dos veces contra el palo y unas cuantas más con Mamardashvili, que apuntaba a héroe che. Con tanta diferencia, parecía una injusticia que la Copa del Rey 21/22 se resolviese por penaltis, pero hubo una renuncia común en la prórroga, más por impotencia que por cobardía, al tiempo que el desgaste mandó a la caseta a los mejores tiradores heliopolitanos (Borja, Canales y Fekir). Sin embargo, el destino reservaba los honores para la (que me perdonen, que va con todo el cariño) segunda unidad, la burguesía verdiblanca. No falló ninguno. Y el quinto, de Miranda, que pasó de ver el título de 2005 desde la grada del Calderón a coronar al equipo de su alma desde el verde. No hay palabras. Las vitrinas del Benito Villamarín se reabren 17 años después. Que no vuelvan a estar cerradas tantísimo tiempo.

De inicio, la tensión se tradujo en precipitación, por lo que apenas había continuidad, aunque tardó apenas cinco minutos el anfitrión en apoderarse de la iniciativa. Sin tanta precisión como de costumbre, los verdiblancos se lo tomaban con calma, acelerando en los momentos en que hacía falta tirar de picardía o anticipación, mientras que el cuadro levantino se pertrechaba en busca de robos o errores no forzados que propiciaran su escenario preferido: las transiciones rápidas. Con Hugo Guillamón encimando a Fekir para minimizar los riesgos, quedaba claro que ninguno especularía en zonas peligrosas.

A los once minutos, golpearía primero el Betis: combinación fluida por banda derecha, con pase en profundidad para que Bellerín la cuelgue al corazón del área y Borja Iglesias cabecee con el alma, libre de marca, al fondo de la red. Un movimiento tempranero que desató las hostilidades, con más juego subterráneo del deseado y 'piques' continuos sobre el perfecto césped de La Cartuja, donde Guedes se echaba el Valencia a la espalda. A renglón seguido del 1-0, el portugués percutía por el perfil diestro, pero Pezzella se anticipó con calma y brillantes en su pase de la muerte, al tiempo que William Carvalho se veía obligado a frenar, amarilla mediante, a su compañero de selección en una acción posterior.

Si alguien tenía que 'calentarse', presa de los nervios, no eran los de Pellegrini. El propio míster chileno recordaba desde la banda a los suyos aquel lema de 'mente fría, corazón caliente' que acuñó en vísperas de esta final, maximizado con el marcador a favor. Intentaban los heliopolitanos reeditar el servicio filtrado que dio origen al tanto, aunque Bellerín no encontró rematador en el ecuador de esta fase. El 'Panda', que peleó una pésima cesión de Diakhaby a Mamardashvili, pidió penalti en su caída, si bien no hubo nada punible. Los hispalenses se sentían más cómodos, ganando casi todos los cruces y conectando bien entre líneas.

Por eso mismo, sorprendió que llegase la igualada, fruto de una salida de Carlos Soler e Ilaix Moriba, quien vio el desmarque por dentro de un Hugo Duro que superaba con calidad a Bravo en el mano a mano con una vaselina. Tras la pérdida arriba de Álex Moreno, nadie frenó la contra che, con una aparente superioridad numérica impropia de un partido de este calibre. Vicios intrínsecos del Betis a lo largo de esta temporada. El encuentro se había equilibrado de forma inesperada, aunque los heliopolitanos se reactivaron al filo del descanso.

Asustó previamente el equipo de Bordalás, que aprovechó el inoportuno resbalón de Bartra para presentarse con muchos hombres en el área contraria, aunque Guido echó una mano para evitar que el pase de Hugo Duro llegara a su destinatario. La respuesta no pudo ser más contundente: zurdazo desde cerca de Canales, que se había hecho sitio con un par de amagos, que terminaría escupiendo el palo. Fue lo último reseñable de un periodo inaugural intenso, con más igualdad en el marcador que en el juego.

El Valencia saltó fuerte en la reanudación, apretando por los costados y maniatando la salida de los verdiblancos con intensidad y movimientos vertiginosos. Tanto es así que la remontada merodeó a los seis minutos, después de una buena combinación de Guedes con Gayà que abortó Bravo en primera instancia para que Hugo Duro, en posición muy forzada, no acertase con los tres palos. Tocaba serenarse, recomponerse, recuperar sensaciones. Porque los albinegros tenían claramente una marcha más.

Borja, aliado con Fekir, obró el despertar bético al cuarto de hora, si bien la nutrida retaguardia che, personalizada en Paulista, bloqueó su intento a quemarropa. Seguían los visitantes cortocircuitando la elaboración verdiblanca, con la connivencia de un Hernández Hernández que, con la excusa de dejar jugar, permitía también la 'leña' levantina, especialmente sobre Fekir. La picaresca terminó de devolver al partido a los de Pellegrini, merced a un saque de banda veloz de Álex Moreno (a medias con un recogepelotas) para que el Panda templara en el área y la pusiese entre líneas a Juanmi con una 'cola de vaca', pero Mamardashvili evitó el segundo con el pie.

El volteo en las sensaciones era ya una realidad, con una mejoría generalizada del anfitrión en todas sus líneas. Juanmi, de hecho, robó un balón en el aire para conectar en la frontal con Canales, cuyo zurdazo raso se marchaba ligeramente desviado. Olió sangre el Betis, que estaba perdonando más de la cuenta. A lomos de Borja, enorme en casi todas sus decisiones, el 2-1 parecía cada vez más cerca. La tuvo Juanmi, al que se le pasó enseguida el enfado con Fekir por quitársela en posición franca, pero su disparo se estrelló en la base del poste.

A renglón seguido, se pidió un penalti de Carlos Soler a Fekir, pero Hernández Hernández no consideró suficiente el contacto, que existió. En la siguiente acción, William Carvalho se la dio desde el suelo al campeón del Mundo, que le pegó con su pierna mala, salvando el meta che con el pie. A estas alturas parecía increíble que el empate siguiese campeando en el marcador. Mamardashvili volvió a frustrar otro tanto verdiblanco, de Borja de zurda, mientras que Bravo lo emulaba en una contra concedida involuntariamente por Bellerín a disparo de Carlos Soler.

La prórroga fue inevitable en La Cartuja, un mal menor para ambos, ya que los del 'Ingeniero' habían fallado lo indecible, mientras que los de Bordalás fueron de menos a más, asustando al principio y pidiendo la hora antes de una contra que pudo haberles dado injustamente el título antes de tiempo. Una fase extra en la que los dos contendientes decidieron tomarse un respiro, contemporizando uno y esperando el otro agazapado. No hace mucha falta explicar el rol de cada cual. El tiempo pasaba sin nada que echarse a la boca, con el miedo a perder imponiéndose a la ambición que se presupone a todo finalista.

Quedaban quince minutos para evitar los penaltis, una lotería que firmaba desde hace rato el Valencia, pero que no podía ser de ninguna forma lo que determinara el campeón con la enorme diferencia a los puntos a favor del Betis. El cansancio hizo mella en los participantes, con Canales resbalando con todo a favor antes de irse a descansar, porque el 'Ingeniero' se olvidó de los especialistas a balón parado para buscar velocidad en la recta final, con Tello y Aitor Ruibal en el campo. Bryan Gil, habilidoso, acariciaba la pena máxima, pero no lo cazaron. El desenlace más temido había llegado.

Afortunadamente, y pese a que los mejores lanzadores a priori estaban en el banquillo, los cinco elegidos no fallaron, errando Yunus Musah el suyo para que el título de Copa volviera a ser propiedad de un Betis que, como bien decía su presidente, Ángel Haro, no debe esperar 17 años de nuevo para darse este alegrón. Merecido, pero la próxima no estaría mal que evitara unos pocos infartos en su sufrida parroquia.







FICHA TÉCNICA.-

Real Betis:
Bravo; Bellerín, Pezzella, Bartra, Álex Moreno (Miranda 106'); Guido Rodríguez, William Carvalho (Guardado 102'); Canales (Aitor Ruibal 111'), Fekir (Tello 111'), Juanmi (Joaquín 86'); y Borja Iglesias (Willian José 102').

Valencia CF: Mamardashvili; Foulquier (Musah 100'), Diakhaby, Gabriel Paulista, Alderete, Gayà; Carlos Soler, Hugo Guillamón (Racic 85'), Ilaix Moriba (Thierry Correia 79'), Hugo Duro (Bryan Gil 85'); y Guedes.

Árbitro: Hernández Hernández (colegio grancanario), auxiliado desde la sala VOR por De Burgos Bengoetxea (vasco). Amarillas a los locales William Carvalho, Pezzella, Borja Iglesias y Tello; así como a los visitantes Gabriel Paulista, Hugo Guillamón, Alderete, Thierry Correia y Carlos Soler.

Goles: 1-0 (11') Borja Iglesias; 1-1 (30') Hugo Duro.

Penaltis: Carlos Soler, gol (0-1); Willian José, gol (1-1); Racic, gol (1-2); Joaquín, gol (2-2); Guedes, gol (2-3); Guardado, gol (3-3); Musah, a las nubes (3-3); Tello, gol (4-3); Gayà, gol (4-4); y Miranda, gol (5-4).

Incidencias: Final de la Copa del Rey, disputada en el Estadio de La Cartuja ante unos 53.387 espectadores.