Creer en sus propias posibilidades y la confianza que el club depositó en su potencial definen el presente y siluetean el futuro del delantero talismán del Betis, de ese chico que en diez meses ha pasado de golear en el filial a ser la referencia realizadora del equipo de Setién. Salto abismal que no ha impedido que el marbellí mantenga los pies en el suelo, tremendamente ilusionado pero sin perder en ningún momento la perspectiva.
Sabe que el ahora labra el mañana y sólo piensa en colaborar lo más posible en el también mayúsculo crecimiento de su Betis. Van casi a la par.
En un desarrollo simbiótico que alimentó con su decisión de no atender los ruidos externos en verano para quedarse y seguir dando alegrías donde han confiado en él.
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