El
Sevilla Fútbol Club se marcha de vacaciones de
Navidad en una inmejorable situación en sus aspiraciones en Liga.
Tercer clasificado con 34 puntos, diez partidos ganados, cuatro empates y cuatro derrotas. Unos números que, por momentos, llevan a los sevillistas
más ambiciosos a soñar con cotas más altas pero que no desvía el rumbo de la nave blanquirroja dentro del club. El sevillismo afronta la Navidad con la
moral alta, la
ilusión intacta y el buen sabor que deja l
a última victoria de 2019 en Mallorca pero con ganas de que lleguen los meses de verdad, los meses donde todo se decide y donde sale a relucir el mejor
Sevilla de su época moderna, salvo el año pasado. Y por eso, porque temen que pueda volver a repetirse lo de la temporada pasada, en el sevillismo no todo es confianza y optimismo.
Durante estas
Navidades entre plato de jamón, de gambas y alguna que otra cerveza, los sevillistas hablarán y mucho de lo bien que va el
Sevilla pero acabarán coincidendo en que si no se va al mercado de enero, todo lo bueno hecho hasta ahora se puede ir al garete en primavera. A ese nivel de ambición ha llegado el sevillismo, que no se conforma con la revolución del pasado verano y la buena marcha del equipo en estos meses, sino que pide a su rey mago Monchi un
delantero goleador.
Y es que otra vez en Mallorca se volvió a ver que
De Jong apenas aporta nada al juego ofensivo, el holandés va a menos y fue
Munir el que acabó de ariete, quizás el menos delantero centro de los de arriba pero el que más está funcionando, porque ni
Dabbur ni
Chicharito terminan de convencer al vasco. Por ello, este año en la carta de todo aficionado sevillista habrá un renglón para pedir un delantero para su equipo.