Una semana después y una jornada menos, las cosas siguen igual. Los tres equipos elegidos para pelear por la ansiada
cuarta posición que otorga el billete para la
Champions League la temporada que viene desperdiciaron la
jornada 35 para dar un golpe sobre la mesa con respecto a sus rivales.
El primero de ellos fue el
Valencia. En su casa,
Mestalla, ante su afición, ante un equipo que no se jugaba nada, el
Eibar, se daban una serie de
condicionantes que parecían los idóneos para que el conjunto ché se llevara la
victoria y afrontara tanto la eliminatoria contra el
Arsenal como los tres partidos restantes con un
aura de optimismo. Sin embargo, no fue el caso. Ya la
derrota en el Wanda Metropolitano dejó a los de
Marcelino algo tocados cortando su
gran racha en este 2019. Volvió a verse un Valencia
nervioso y precipitado a la hora de la toma de decisiones. Una angustia por alcanzar el cuarto puesto que le volvió a pasar facturar en el
acierto de cara a portería. Y para colmo, cuando parecía que al menos recortaría distancias a sus predecesores, cayó el jarro de agua fría con el
gol de Charles en el 93'. Un
duro varapalo tanto en lo anímico como en lo clasificatorio que se vio algo aliviado por los resultados posteriores. Aún así, en Valencia queda la sensación de haber
malgastado una de las últimas balas en estas jornadas.
Sexto clasificado con 52 puntos, el Valencia puede soñar aún con la Champions gracias al
calendario que tiene en las últimas tres jornadas. El desgaste europeo pasará factura, pero la ocasión de jugarse el cuarto puesto ante los
casi descendidos Huesca (jornada 36) y Valladolid (jornada 38) y ante un más que venido a menos
Alavés, llevan a pensar en positivo.
Por su parte, los de
Joaquín Caparrós saltaron al césped de
Montilivi siendo conocedores de la derrota ché y de la posibilidad de con una victoria meter
presión añadida al Getafe en su partido de después. No obstante, el
Sevilla volvió a
decepcionar fuera de casa. Siendo ya un habitual en sus salidas lejos del
Ramón Sánchez-Pizjuán, el sevillismo esperaba un golpe sobre la mesa y dar un
paso de gigante hacia la Champions, pero la
desidia de muchos futbolistas sobre el terreno de juego propició una nueva derrota ante un necesitado
Girona. Las jornadas restantes
se antojan favorables en el sentido de que disputa
dos de tres encuentros en casa, ante el
Leganés y el
Athletic Club, dos equipos
en teoría asequibles en Nervión. La piedra en el camino será la
visita al Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano, feudo difícil de asaltar para cualquier club de
LaLiga, especialmente ante unos hombres del
Cholo Simeone que se han marcado como
objetivo el subcampeonato.El
Getafe, ahora mismo
cuarto clasificado con 55 puntos, fue el último de los tres en jugar su partido, lo que a priori, viendo los resultados ajenos, era un punto positivo para afrontarlo y sacar una
valiosa ventaja a esta alturas de campeonato. Sin embargo, los de
Bordalás no supieron sacar partido de ello, y
cayeron (con polémica) ante la Real Sociedad 2-1 en Anoeta. El calendario que le queda
tampoco es el más sencillo, ya que debe medirse a dos equipos que tienen la necesidad de alejarse del descenso.
Girona (17º con 37 puntos) esta próxima jornada y Villarreal (14º con 40 pts) en la última son sus principales escollos. Además, por medio, bien es cierto que tendrán que
visitar el Camp Nou ante un Barça ya campeón y con la mente puesta en la Liga de Campeones, pero jugarse algo en 'Can Barça' siempre es sinónimo de
dificultad.