Minuto Uno (Opinión)

Jorge Molina, escudo y futuro del Betis

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Jorge Molina, escudo y futuro del Betis
- Joaquín Adorna
El acto previo a la emotiva despedida que Jorge Molina recibirá el domingo muestra el camino adecuado. Molina aún forma parte del presente del Betis€ y debe convertirse en el referente del futuro de la entidad, por paradójico que pueda sonar la frase a sus 34 años. Los muchos goles que aún saldrán de sus botas los hará con otra camiseta, pero en su figura, en su adiós, está el futuro crecimiento de la entidad por muchas circunstancias. Para empezar, porque el Betis está aprendiendo a cerrar heridas y etapas.

Ya se actuó inteligentemente en el despido de Macià. Aunque algunos recriminaron al club la falta de información, Haro y Catalán hicieron lo correcto asumiendo ellos algunas de esas críticas para salvaguardar la categoría de la entidad, no aireando trapos sucios que mancharan la imagen del Betis. Una imagen que ayer quedó reforzada en el anticipado homenaje a un delantero al que sólo se le pueden dedicar elogios, por la honradez con la que ha defendido la camiseta del Betis y por el extraordinario talante mostrado fuera de los terrenos de juego con amigos, compañeros y profesionales de la comunicación. De su rendimiento deportivo no hay dudas: 77 goles en 211 partidos, dos ascensos, una clasificación europea y el honor de haber marcado el histórico gol 2.000 (lástima que lo hiciera ante el Rayo en un partido que acabó con derrota del Betis, 1-2). Cifras importantes que ha logrado haciendo gala de una admirable condición humana. Molina es el mejor ejemplo a seguir para todos los chavales de la cantera.

Ejemplo de buen compañero que antepone el bien del equipo al personal; ejemplo de sacrificio y profesionalidad; y ejemplo de humildad, de nobleza y de fidelidad a unos colores. Dos frases suyas ayer le definen. La primera, en respuesta modélica a una pregunta inteligente: ¿Qué prefiere en su despedida, un gol suyo o el récord de Rubén? "Prefiero que marque Rubén. Es mucho más importante lo que él está a punto de lograr que lo mío". La segunda, tocando lo más profundo del sentimiento bético: "Para mi hija el escudo del Betis es ´papá´.
Y para mi sobrino el color verde no existe, es el color Betis". Ahí están las raíces que deben alimentar el sólido crecimiento en todas sus parcelas de una entidad centenaria.

La generosidad de la que todos los que representan al club deben hacer gala para enterrar los egos dañinos, para que la afición vea en ellos lo mismo que ven los ojos inocentes de la hija de Molina: verdaderos escudos del Betis. Llegó al Benito Villamarín con 28 años, se marcha seis después, pero se equivocan si sólo ven el pasado en Jorge Molina. El inolvidable acto de ayer debe servir para convertirle en el mejor referente del futuro.
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