Opinión

La fiabilidad de las clasificaciones virtuales

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
4 min lectura
La fiabilidad de las clasificaciones virtuales
- Joaquín Adorna (JoaquinAdornaED)
Será por la necesidad de la mente humana de ordenar, encasillar o sintetizar la compleja realidad que nos rodea con el fin de tratar de entenderla, que recurrimos con bastante frecuencia a las clasificaciones. En muchos casos, encuadres virtuales que poco tienen que ver con una realidad que fluye sin unos límites necesariamente definidos.

El citado hábito, muy común, lo percibimos en casi todos los ámbitos de la vida. Dividimos en clases en el ámbito social; le ponemos nombres a los tipos de música, de cine, de literatura en el cultural; y recurrimos en el deporte a todo tipo de rankings que nos ayudan a evaluar y a distinguir entre mejores, buenos, regulares y malos.

En el caso del fútbol, raro es el día en el que no aparece un listado ordenado en función de un criterio. El último en publicarse, y en este caso aporta un valor bastante objetivo, es el de los límites salariales de los equipos de Primera división. Subida generalizada (sólo bajan los de Villarreal y Leganés) y una diferencia de 640 millones de euros entre el límite salarial del primero (el Barcelona, 671,429 millones) y el último (del Mallorca, 29,968).

Puestos a seguir el juego, podemos hablar de cuatro clases. Una clase alta, privilegiada, en la que estarían los clubes que superan los 300 millones de euros de límite salarial (1. Barcelona, 671,429; 2. Madrid, 641,049; y 3. Atlético, 348,5). Una clase media-alta, en la que podríamos incluir a los que se encuentran entre los 100 y los 200 millones de euros (4. Sevilla, 185,166; 5. Valencia, 170,673; 6. Villarreal: 108,587; 7. Athletic, 103,183; y 8. Betis: 100,346).

La clase media, entre 50 y 100 millones de euros de límite salarial (9. Real Sociedad, 81,135; 10. Espanyol, 68,738; 11. Celta, 62,123; 12. Levante, 56,604; 13. Getafe, 56,284; y 14. Leganés, 52,082. Y una clase baja, con menos de 50 millones de euros de límite (15. Alavés: 49,771; 16. Eibar, 47,123; 17. Osasuna, 38,693; 18. Granada, 35,461; 19. Valladolid: 32,034; y 20. Mallorca: 29,968).

Con esos datos objetivos, es muy probable que al final de la temporada se haga efectivo el enorme escalón entre los tres primeros y el resto, y que en función de esas cifras unos luchen por la Champions, otros por la Europa League, y el resto por no pasar apuros o evitar un descenso de categoría.

La foto final, la que marque la tabla de LaLiga después de 38 jornadas, o los méritos contraídos en la Copa del Rey o en Europa, difícilmente va a coincidir al cien por cien con la expuesta con la frialdad de los números. Estar en una clase u otra no puede depender de unos cuantos millones, porque además hay que añadir el éxito imprevisible del fútbol por una buena gestión del factor económico o humano.

Con los límites salariales o los presupuestos se reduce el margen de error. Con otro tipo de clasificaciones virtuales, realizadas con valores de mercado en función de las edades de los jugadores, rendimientos pasados, goles, asistencias... la fiabilidad se mezcla con lo anecdótico.
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