Sólo el lastre impide que un globo gane altura, y los sacos de arena en el arte se revelan en forma de prejuicios, disfrazándose de una corrección política mal entendida. Los escarceos de
Arthur Rimbaud con el tráfico de armas quedan lejos de ensombrecer una obra poética excelsa. Como ocurre con la cara oscura de
Caravaggio, con un asesinato en su historial, o la reconocida pedofilia de
Gustave Flaubert.El pecado de
Leni Riefenstahl, venial en comparación con los anteriores, pasa por escalar en el celuloide de la mano del
Tercer Reich. Vínculo, previo al comienzo de la
Segunda Guerra Mundial y al conocimiento de las atrocidades perpetradas por el régimen, que estampa a fuego en su currículo el estigma de 'directora nazi'. Más allá de la ignominia de trazo grueso y el debate ético, la presencia de la
poliédrica alemana (actriz, bailarina, fotógrafa...) bajo esta cabecera de 'cine y deporte' responde a sus logros tras la cámara, encadenados a la actividad física a través de dos vías de expresión:
el 'bergfilme' o cine de montaña (digno de un desarrollo más amplio en una segunda entrega) y 'Olympia', el documental que rescata algunos de los mejores momentos de los
Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. Sus dos partes, 'El festival de las naciones' y 'El festival de la belleza', trenzan unas tres horas y media de metraje plagadas de aportaciones fílmicas que terminarían calando en el patrón de la industria cinematográfica. La berlinesa, que capta como nadie el primor cinético que proyectan determinadas disciplinas 'per se', apuesta fuerte en el apartado técnico y acude a ángulos hasta entonces inusuales, la ralentización del movimiento con fines artísticos o contraplanos de un público fascinado o eufórico para acentuar la glorificación del atleta.
Desprende
especial elegancia el fragmento correspondiente a la competición de salto con pértiga, en el que el ocaso preludia una noche cerrada que convierte en hipnóticos esos minutos. O la culminación con el salto de trampolín en los raíles de una narrativa visual claramente adelantada a su época.
Maratón, ciclismo, gimnasia, fútbol, boxeo... 'Olympia' añade a la estética una cuota informativa, tanto la de un contexto político incómodo como la de la crónica deportiva más ortodoxa, guiada por la senda del planteamiento-nudo-desenlace. Y en un marco histórico que vio deslumbrar a toda una leyenda como
Jesse Owens. Échenle un ojo.