Más de 28.000 espectadores, una cifra nada desdeñable al tratarse de un día laborable, presenciaron este jueves el retorno del Sevilla FC a su competición preferida, la Europa League. Con seis títulos en sus vitrinas, se trata del mejor consuelo tras la dolorosa eliminación a las primeras de cambio de la Champions League, al no poder ser más que tercero en un grupo en el que se presumía más facilidad ante Salzburgo, Wolfsburgo y Lille. Pero es ya agua pasada para los nervionenses, que han superado aparentemente también el K.O. ante el eterno rival en la Copa del Rey, decididos a rendir al máximo y, a ser posible, hasta el final en las dos competiciones en las que sigue vivo.
De momento, con una ilusionante segunda plaza en LaLiga que le permitiría aprovechar cualquier bajón del Real Madrid para luchar por el título, el conjunto de Lopetegui ha arrancado con un triunfo su participación en la segunda competición continental. Deben refrendar en el Maksimir el próximo jueves los blanquirrojos la buena senda que han tomado en el Ramón Sánchez-Pizjuán, pero todo parece encaminado hacia unos octavos de final que volverían a abrir la posibilidad de acercarse a otro entorchado. Queda bastante para eso, si bien la ilusión se ha vuelto a instalar en las gradas nervionenses, que vibraron con el esfuerzo de los Fernando, Acuña, Ocampos o Martial, dudas a lo largo de la semana.
El francés y el argentino no solamente forzaron, sino que, además, colaboraron con sendos goles al filo del descanso a que no cundiera el nerviosismo tras el empate de Orsic. La grada les despidió con una sonora ovación en la segunda mitad, la misma que recibiría el gran capitán, Jesús Navas, en las postrimerías, cuando el palaciego dejaba atrás un largo periplo por la enfermería para volver a correr la banda derecha de 'La Bombonera'. Un refuerzo de lujo para el técnico vasco en esta recta final en la que, pese al regreso de los participantes en la Copa de África (Munir y En-Nesyri todavía acusan una especie de 'jet lag' en la definición, pero Bono volvió a ser determinante con sus intervenciones), siguen arreciando las lesiones, como las de Rekik y (menos preocupante) Diego Carlos. El Papu, de nuevo colosal, volvió a afinar una orquesta que cada vez va sonando mejor.
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