Dentro del partido el argentino tuvo su particular encuentro con Carrasco, saltaron chispas con el belga, y el lateral sevillista acabó viendo la amarilla antes del descanso por una fuerte entrada sobre Carrasco y que pudo haberse ahorrado, motivo suficiente para que Lopetegui lo dejará en el banquillo en la descanso.
El marroquí buscó la espalda de los centrales y los espacios por todo el flanco del ataque. Tuvo una buena ocasión pero su disparo no fue el mejor. Estuvo en el campo hasta el final y fue ahí donde sobreselió, primero con un cabezazo que estrelló en el larguero, y poco después batiendo a Oblak con otro remate de cabeza muy bueno.
Con mucho trabajo, Lopetegui ha vuelto a conseguir el objetivo, pero hay mucho en que reflexionar si sigue la próxima temporada. Sigue empecinado en desperdiciar al Papu en la banda izquierda, aunque esta vez al menos jugó con dos delanteros y movió el banquillo en un par de ocasiones buscando la reacción que finalmente se dio.