TOKIO 2020 HÍPICA

Beatriz Ferrer-Salat: La cara positiva del aplazamiento de los Juegos

Beatriz Ferrer-Salat:  La cara positiva del aplazamiento de los Juegos
Beatriz Ferrer-Salat: La cara positiva del aplazamiento de los Juegos - Sergi Escudero
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En la mañana del pasado 24 de enero la vida de Beatriz Ferrer-Salat estuvo a punto de cambiar para siempre. Estaba paseando por el campo montada en uno de sus caballos y un movimiento inesperado y violento del animal la lanzó contra el suelo. La amazona rápidamente se dio cuenta de que no podía mover la pierna izquierda. Se temió lo peor.

Pero después de una operación exitosa (sufrió una doble fractura de pubis y de sacro) le informaron que a medio plazo podría volver a hacer vida normal y, por supuesto, a montar a caballo. Eso sí, la participación en los Juegos Olímpicos de Tokio quedaba totalmente descartada. Por lo menos, fue así hasta que el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió aplazarlos al 2021. Entonces Ferrer-Salat vio cómo se le abría una puerta inesperada.

"Se ha abierto una puerta para mí, sí", dice la amazona española a EFE por vía telefónica. A Tokio tenía previsto ir con Elegance, ya que Delgado, su caballo habitual, "ya es un poco mayor y las condiciones meteorológicas que se esperaban allí este verano eran demasiado extremas para él". Así que Ferrer-Salat se había propuesto hacer todas las competiciones de invierno y primavera con Elegance para que los jueces lo conocieran y para que el caballo fuese cogiendo experiencia.

Hasta que tuvo lugar la caída. En ese momento, ya había logrado una de las clasificaciones para ir a los Juegos y le faltaba otra, además de finalizar entre las tres mejores amazonas de España. "Con el aplazamiento tendré tiempo para recuperarme de mis lesiones, competir con Elegance antes de los Juegos, lograr la clasificación que me queda y estar entre las tres mejores", explica con alegría.

La peor fase de la recuperación ya ha pasado. Ahora está empezando a andar sin muletas. "No camino normal aún, pero cada día tengo un poco más de agilidad". Ya han quedado atrás las fases de moverse en silla de ruedas, con caminador y con muletas. "En la última visita que tuve con el médico, a finales de febrero, me dijo que podría volver a montar en tres meses. Es decir, a finales de mayo", dijo.

Ferrer-Salat tenía agendada una nueva visita médica a finales de marzo, pero el estado de alarma decretado por la pandemia del coronavirus la ha pospuesto. "Tengo la suerte de tener un gimnasio en casa y así puedo seguir con mi proceso de rehabilitación siguiendo las instrucciones que me da el fisioterapeuta. Además, hacía poco que me había comprado una máquina de magnetoterapia. Dispongo de suficiente material como para ir avanzando", cuenta la doble medallista en Atenas 2004 (bronce individual y plata por equipos) y que ha participado en cuatro Juegos Olímpicos.

"Estos días he podido estar con mis caballos, pero como no los podemos montar trabajo con ellos con el pie a tierra. Así los mantengo un poco en movimiento, aunque no es suficiente para que estén en forma", dice. Prácticamente se hace inevitable preguntarle si ha cogido miedo a montar a caballo, la pasión de su vida, después de la mañana aciaga de finales de enero. "¡Qué va!", niega. "Para nada. ¡Tengo muchas ganas de volver a montar!", exclama. Tokio vuelve a estar en el horizonte.

 

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