Estadio Deportivo5 min lecturaMadrid, 19 dic (EFE).- En su segunda juventud, en plena madurez con 35 años y después de unas cuantas actuaciones excelsas en los último partidos del Real Madrid, Luka Modric regresará este domingo a Ipurúa, uno de sus estadios fetiche en el que ha firmado algunas de sus mejores actuaciones como jugador blanco.
El centrocampista croata acaba contrato esta temporada y en el mes de enero podrá negociar su futuro con cualquier equipo. Mientras espera estampar su firma para seguir una campaña más en el Real Madrid, este fin de semana tendrá la oportunidad de demostrar con argumentos futbolísticos que no debe salir de su actual equipo.
Sobre el siempre complicado terreno de juego del Eibar, Modric ha firmado dos de los grandes encuentros que ha disputado en el Real Madrid desde su llegada por 30 millones de euros a la entidad presidida por Florentino Pérez en el verano de 2012.
Aunque Zinedine Zidane podría darle un respiro después de acumular 447 de los últimos 450 minutos de su equipo, el técnico francés tal vez recuerde las actuaciones de Modric en Eibar antes de dar el paso de sentarle en el banquillo. Él y Toni Kroos son candidatos a iniciar el choque junto a los suplentes y la salida de ambos del once daría un respiro a José Luis Mendilibar.
Sobre todo la de Modric, que comenzó su idilio con Ipurúa en la temporada 2016/17, en la que dirigió al Real Madrid hacia una victoria contundente (1-4). En aquel partido, Modric consiguió lo que muy pocos han hecho a lo largo de la historia: que una afición rival homenajee a un jugador contrario.
Sustituido a los 71 minutos para dar entrada al brasileño Carlos Henrique Casemiro, Modric fue ovacionado por la afición del Eibar, que reconoció una clase magistral de fútbol, control, pase y distribución durante el tiempo que estuvo sobre el terreno de juego.
Zidane, después del encuentro, no tuvo más remedio que rendirse al arte de su centrocampista: "Es fundamental para nosotros. Maneja muy bien los tiempos del partido y fuera del campo es un espectáculo porque es muy profesional. No lo digo yo, sino sus compañeros, que le quieren mucho".
Una temporada después, Modric, todavía con el recuerdo de aquellos aplausos, se presentó en Ipurúa para dejar otra actuación memorable coronada por un pase espectacular a Cristiano Ronaldo con el exterior de su pie derecho. Su gesto, fue otro más de los que ocupan varios volúmenes de un arte que maneja como nadie y que ante el Eibar lo transformó en una asistencia espacial.
También estuvo a punto de hacer un tanto que habría sido de los mejores de su carrera. En un momento del choque, dentro del área hizo dos túneles a sendos defensas del Eibar y erró en el disparo final para quedarse sin el gol..
Su última experiencia en Eibar no fue mala. La temporada pasada, antes del confinamiento, dirigió al Real Madrid hacia un 0-4 contundente. De nuevo fue de los mejores después de un inicio de curso errático en el que recuperó la luz en el estadio armero.
Cuajó un primer tiempo magistral, cimentado en un juego rápido al primer toque con transiciones ofensivas trascendentales y firmó una asistencia perfecta al uruguayo Fede Valverde con la que el Real Madrid selló la victoria.
Algo más de un año después de su última aparición por Ipurúa, Modric podría volver para dirigir al Real Madrid hacia su cuarta victoria consecutiva en LaLiga. Es posible que Zidane aplace el descanso del mago croata solo por una simple razón: en el césped del estadio del Eibar, Modric se siente como en el jardín de su casa.
Juan José Lahuerta