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El dopaje en la RDA, una hipoteca para el deporte de la Alemania unida

El dopaje en la RDA, una hipoteca para el deporte de la Alemania unida
El dopaje en la RDA, una hipoteca para el deporte de la Alemania unida
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 5 min lectura

Berlín, 8 nov (EFE).- La reunificación de Alemania que siguió a la caída del muro de Berlín tuvo que afrontar el problema del dopaje sistemático en la extinta RDA, un asunto que abrió viejas cicatrices y que por momentos fue hipoteca para el diálogo entre las dos partes del país.

Casi desde el momento mismo de la caída del muro, el 9 de noviembre de 1989, se fijaron dos posiciones ante el deporte en la RDA. Una miraba ante todo los éxitos alcanzados y reconocía que ciertos aspectos organizativos se podían tomar como modelo; la otra puso desde el primer momento todos los éxitos de la RDA bajo sospecha, atribuyéndolos al dopaje sistemático, coordinado desde instancias estatales y centralizado al menos desde 1974.

La sospecha ponía y sigue poniendo en entredicho a ídolos de la RDA como Marita Koch, cuyo récord mundial de los 400 metros -47.60 segundos corridos en 1985- sigue vigente, y también a otros atletas que, tras empezar su carrera en el este, celebraron también éxitos en la Alemania unida como Heike Drechsler.

Uno de los principales investigadores alemanes sobre el dopaje en Alemania, el biólogo Werner Franke, sostuvo en un libro titulado "Dopping Dokumente" y publicado en 1991 junto con su esposa, la exlanzadora de disco Brigitte Berendonk, que Koch entre 1981 y 1984 tomó una dosis anual del anabolizante Oral-Turinabol de entre 530 y 1.460 miligramos.

Koch ha rechazado siempre las acusaciones -y alega no haber dado nunca positivo- pero la sospecha sigue en el aire y con todo lo que se sabe del dopaje en la RDA resulta improbable que ella haya sido una excepción.

Mientras que Koch se retiró antes de la reunificación, Heike Drechsler siguió compitiendo con los colores de la Alemania unida y ganó en dos ocasiones la medalla de oro en los Juegos Olímpicos.

Drechsler nunca ha dado positivo pero se sabe que estaba sometida a los planes de la RDA para mejorar el rendimiento y hay protocolos en los que se dice cuánto Oral-Turinabibol debía tomar.

La atleta ha admitido que puede haberse dopado inconscientemente y contra su voluntad como parte del sistema.

Tanto Koch como Drechsler forman parte del Salón de la Fama de la Federación Internacional de Atletismo. El deporte alemán las reclama como suyas pero siempre hay alguien que saca a relucir el tema del dopaje, lo mismo, aunque en menor grado, que con el plusmarquista mundial de disco, Jürgen Schult.

La sospecha permanente que pesa sobre atletas como Drechsler y Koch muchas veces produce reacciones en ciudadanos del este del país que acusan a medios del oeste de querer dañar la imagen de sus héroes de juventud.

Pero parte de la historia del dopaje en la RDA lo forman también deportistas cuya salud sufrió repercusiones a largo plazo por el consumo de sustancias prohibidas y que se han organizado como víctimas para denunciar el sistema y reclamar indemnizaciones.

La confrontación con esa parte del pasado genera reacciones encontradas. En el este, aunque son pocos, hay quien habla de justicia de vencedores. Otros recuerdan que en occidente también ha habido dopaje.

En ese contexto, hay un caso curioso de un atleta occidental, el oro olímpico de Barcelona en los 5.000 metros Dieter Baumann. Baumann, tras la reunificación, se convirtió en un activista contra el dopaje y consideraba que no todo lo que pasaba en la RDA había quedado atrás.

En 1999 dio positivo por nandrolona. Hubo una versión según la cual la nandrolona le había sido inyectada en el tubo de la pasta de dientes, lo que algunos, Werner Franke entre otros, consideraron que era un método típico de la STASI, los antiguos servicios secretos de la RDA.

Por Rodrigo Zuleat

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