El Depor maneja una oferta sevillista de 15 kilos más Juan Muñoz, pero quiere 18 y el utrerano

Lucas Pérez y los 3 millones de la discordia

Lucas Pérez y los 3 millones de la discordia
Lucas Pérez se lamenta de una ocasión errada durante un partido de Liga frente al Sporting. - Alejandro Sáez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 3 min lectura
Una de las grandes apuestas de la dirección deportiva sevillista para la 16/17 es la de Lucas Pérez, más si se acaba yendo Kévin Gameiro, quien no sólo contaría con el interés del Barça, sino también del Atlético de Madrid. Clubes que, por otro lado, también se han interesado por el ariete gallego, aunque sin llegar a mover ficha de manera formal por ninguno de los objetivos. Enfrente, un Deportivo que no se baja del burro y que solicita por Lucas Pérez los 20 millones que marca su cláusula de rescisión. Y precisamente ahí, en los 20 kilos -no podía ser en otra cosa- es donde reside el problema, habiendo hecho el Sevilla una primera oferta que no alcanza lo exigido por el conjunto blanquiazul, quien -al menos al cierre de esta edición- sólo disponía de una oferta formal por Lucas Pérez sobre la mesa; la sevillista, y en torno a unos 15 millones de euros más Juan Muñoz. Propuesta a la que se habría contraofertado con otra de 18 kilos y el utrerano, que sí se asemejaría a los 20 millones solicitados inicialmente. Una horquilla de tres millones que separa a ambas partes y que los de Nervión querrían solventar en especias, ofreciéndole también a algún otro canterano del tipo Cotán; opción que no convence del todo a los coruñeses, quienes prefieren ‘cash’ ante los numerosos acreedores que amontonan. Además, de acabar introduciendo futbolistas en la operación, preferirían tener poder de elección y no que le fueran impuestos ciertos nombres, como antaño.

Una discordia de tres millones que se solventaría hoy mismo si desde Eduardo Dato se pusieran sobre la mesa y que tendrá para rato si las partes siguen con sus idas y venidas jugando una partida en la que las cartas están marcadas por ambas partes. Y es que en Nervión saben que al Deportivo le corre prisa el dinero para enjugar deudas y los gallegos conocen de primera mano los miedos sevillistas, ante el hecho de que clubes más poderosos pudieran venir con el dinero en mano y sin andarse con rodeos.

Mientras tanto, el entorno del futbolista marca los tiempos ante la más que probable llegada de los intereses culés y colchoneros. Ofertas en el extranjero tampoco le faltan, aunque quedarse en España sería “un privilegio”, como reconoce su agente.
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