El Sevilla busca un 'Pablo Alfaro' para Machín

El Sevilla busca un 'Pablo Alfaro' para Machín
Caparrós busca un 'Pablo Alfaro' para el Sevilla de Machín. - Alejandro Sáez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 4 min lectura
En el Sánchez-Pizjuán nadie ha olvidado el cántico, y menos Joaquín Caparrós. "¡Pablo Alfaro es nuestro líder!", gritaba la grada sevillista al hoy doctor y entrenador. Y eso es precisamente lo que está buscando el utrerano para la retaguardia, un líder; una figura que aporte galones y personalidad a una zaga en la que hoy da la cara, aunque sin levantar demasiado la voz, un Daniel Carriço al que muchos daban por muerto meses atrás.

No le ha temblado el pulso a Pablo Machín a la hora de pedir refuerzos de cara a enero, siendo la figura del central, donde entiende que existe un "déficit" numérico desde el pasado verano (juega con una línea de tres y sólo dispone de cinco centrales naturales; es decir, no cuenta con dos por puesto) ha sido una de las posiciones que más claramente ha demandado; al menos hasta la lesión de Gonalons y las reservas mostradas por la dirección deportiva sevillista a la hora de acudir a la próxima ventana de transferencias. Lo que podría acabar modificando las prioridades.
Pese a ello, bien sea para enero (si lo posibilita el mercado) o para el verano, la dirección deportiva sevillista está centrando sus esfuerzos en el rastreo de un zaguero.

El perfil es claro, un líder, un 'Pablo Alfaro'; así es cómo lo definen desde el seno de la entidad, tal y como ha podido conocer ESTADIO Deportivo. Un central que, a ser posible, sea zurdo (hay pocos en el mercado), que su pierna izquierda sea lo suficientemente sólida como para sacar la pelota de manera aceptable, pero que sobre todo ponga el corazón en el campo, que defienda por intimidación y que no se arrugue. Contundente, pero no en exceso. O al menos que sea inteligente a la hora de serlo. Y es que entiende Caparrós que el peligro, de cara a los árbitros, no es serlo, sino parecerlo. Es decir, el prototipo de futbolista con el que siempre ha gustado contar el técnico utrerano, ahora director de fútbol del Sevilla Fútbol Club.

Ejemplos, más allá del propio Pablo Alfaro (el central que más partidos ha acumulado con Caparrós en el banquillo, 138), hay muchos a lo largo de la carrera del utrerano como entrenador. Sin ir más lejos, el propio Javi Navarro, fiel escudero de Alfaro en Nervión. En el Athletic, el hispanovenezolano Fernando Amorebieta, un central (zurdo, por cierto) que en el tramo final de su carrera ha quedado libre, y que quiere volver a España, donde mantiene casa y pasará el fin de año junto a su familia. El Sevilla, pese a ello, se antoja a priori una empresa demasiado grande para un zaguero de 33 años que viene de Argentina. David Navarro, en el Levante, o Fabricio Coloccini, en el Deportivo, son otros de los ejemplos de ese perfil de futbolista que Joaquín Caparrós busca hoy por hoy para la retaguardia sevillista de un Pablo Machín que ha visto cómo el francomarfileño Joris Gnagnon no acaba de ser una alternativa de garantía atrás, viéndose obligado a exprimir en exceso al catalán Sergi Gómez (es el segundo jugador de campo de la plantilla que más minutos acumula; sólo lo supera Banega).
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