El
Sevilla FC cayó eliminado en la prórroga de la vuelta de las semifinales de la
Copa del Rey, tras no ser capaz de defender el 2-0 de la ida.
Dembélé adelantó pronto al Barcelona y
Piqué forzó el tiempo extra con un cabezazo picado ya en el alargue. Antes, a menos de un cuarto de hora del epílogo,
Ocampos desperdició un penalti que habría finiquitado la eliminatoria. Ya con uno menos por expulsión de
Fernando al filo de los minutos añadidos,
Braithwaite daría definitivamente la vuelta a la eliminatoria.
El encuentro, flojo y muy defensivo de los de
Lopetegui, como el pasado sábado en Liga, estuvo marcado también por la
polémica, ya que, aunque hay poco que discutir en las dos amarillas a Fernando,
Sánchez Martínez debió expulsar a
Mingueza en la acción de la pena máxima, pues ya tenía una amarilla.
Koeman reaccionó rápido y suplió al canterano culé. Después, el colegiado murciano ignoró sendas manos en el área local. La primera, de
Griezmann a centro de Rakitic, que no quiso ni ver en el monitor. La segunda, que sí revisó el
VAR, terminó por ser desestimada al tocar levemente el balón en el pecho antes que en la mano de
Lenglet.
Sánchez Martínez ya dirigió, por cierto, aquel famoso
6-1 del Barcelona al Sevilla en esta misma competición en la 18/19, cuando los azulgranas remontaron también en la vuelta una ronda que comenzó a torcerse para los blanquirrojos al señalar este mismo árbitro un penalti sobre
Messi después de que el argentino tropezara él solo al rematar al
suelo en vez de al esférico.