El
Sevilla FC ha acelerado, como otros clubes, su
planificación en este mes final del mercado estival. En realidad, en la última semana, al portero
Dmitrovic y el mediapunta
Lamela se le han unido dos laterales,
Montiel y Augustinsson, que ya son oficiales, mientras que se ha avanzado mucho con el Oporto por el carrilero e interior
Corona y con el mediocentro defensivo del Dortmund
Delaney. Con todo, pese al impulso del traspaso de
Bryan Gil al Tottenham y el acuerdo entre LaLiga y CVC, sigue siendo importante la 'operación salida' para dejar huecos libres y liberar masa salarial para los
retoques finales.
Hombres como
Gudelj, Munir, Gnagnon, Amadou, Pozo, Idrissi y Rony Lopes no cuentan para Julen
Lopetegui, por lo que deben ir buscando acomodo de aquí al 31 de agosto si no quieren pasarse lo que queda de 2021 en la grada o, en el mejor de los casos, sentados en el banquillo. Algunos dejarán rédito (sobre todo uno que no es descarte,
Koundé, si se marcha a la
Premier) y otros, simplemente, el ahorro de sueldos altos, pero aliviar este apartado es clave para
Monchi, que estudia las propuestas que le llegan por parte de los afectados, sus agencias de representación, otros clubes y diferentes intermediarios.
El próximo en marcharse podría ser Rony Lopes, que, según 'Marca', negocia su cesión al
Olympiacos, donde coincidiría con el meta Tomas
Vaclík, que no renovó y se fue libre el pasado 30 de junio. El extremo portugués, con tres años más de contrato en Nervión, tiene el dudoso orgullo de ser uno de los fichajes
más caros de la historia sevillista, si no el que más, pues costó en 2019
entre 23 y 25 millones de euros. Nunca llegó a ser importante en el Sánchez-Pizjuán, marchándose cedido en la 20/21 a un
Niza que no ejercío la opción de compra de que disponía. El club griego apuesta por un préstamo a pelo, aunque posiblemente pueda incluirse la posibilidad (que no obligación) de que se lo queden por una cantidad no superior a la decena.