El encuentro de anoche en La Rosaleda ofreció dos conclusiones claras como el agua clara, que cantaría el singular Camarón.
En primer lugar, que RTVE debería plantearse muy en serio expedientar al encargado de elegir los partidos que el ente público ofrece en abierto, ya que no se recordaba un tostón así en ‘prime time’ de La1 un sábado por la noche desde los monólogos de Jaimito Borromeo y compañía en el eterno programa dirigido por José Luis Moreno.
Y, segundo, que por mucho que arrecien las críticas, en el Betis los motivos para creer en el equipo ganan por goleada a los que empujan al pesimismo.
Es cierto, el equipo no juega un pimiento; pero sus rivales directos no cuentan con avales como los goles de Rubén, la calidad de Joaquín y las paradas de Adán, que garantizan el oxígeno necesario para esperar a que se entonen, de una vez por todas, los Ceballos, Van der Vaart...
Aitor Torvisco
