Opinión

Las vistas del Sevilla

Álvaro PalomoÁlvaro Palomo
Seguir
2 min lectura
Las vistas del Sevilla
Los jugadores del Sevilla celebran uno de los goles al Málaga. - Álvaro Palomo
El tiempo fluye y se escapa. Se desliza por el calendario sin detenerse, divertido e inexorable. Si se intenta atrapar se escabulle dejando su inequívoca huella, pero si simplemente se deja pasar se aleja sin más, sin el frenesí del momento ni una sola pista de lo que significa maximizar su transcurso. Porque la esencia del tiempo se mide por instantes, por el segundo en el que verdaderamente se siente y no por el minuto que lo contiene.

Al final, se resume en una acumulación de recuerdos, de imágenes en la retina, de latidos más acelerados que otros, y de la capacidad para reconocerlos y disfrutarlos plenamente. De eso se trata, de valorar en su justa medida cada detalle. De exprimir la bonanza. De controlar la exigencia de manera que favorezca el avance pero no impida deleitarse con la magnitud de las vistas. De no tener que mirar atrás para lamentar lo que se ha perdido sin haberlo celebrado intensamente.

El sevillista aprendió esta lección hace unos años y ahora, tras un 2016 de ensueño, debe seguir saboreando cada bocado detenidamente en un 2017 con las expectativas disparadas. Siempre consciente de que existen límites aunque el club les haya acostumbrado a contemplar como los amplía temporada a temporada. De que, a este nivel, cada pequeño paso ya es enorme. Y que lo vivido en el presente merece la pena experimentarlo en plenitud.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram