A la puerta de Lopera le tienen cerco

Mientras que el Betis de Gustavo Poyet no acaba de arrancar en Liga esta temporada, estando colocado en la decimotercera posición de la tabla con once puntos de 30 posibles, las dudas institucionales siguen acechando a un Real Betis Balompié que en el último mes de octubre ha vivido un capítulo postrero en lo que al reparto accionarial se refiere, habiéndose producido ya el envío de documentación por parte de Lopera ante un posible acuerdo de venta de títulos que, sin embargo, no ha convencido a nadie, incluyendo unas condiciones que, según apuntan, dificultarían que se pudiera finiquitar el pacto en un plazo breve.

Unas negociaciones que han devuelto a la primera plana al empresario de El Fontanal, quien, durante el mes de octubre, se ha convertido en un espectador de lujo de todos los shows que se han llevado a cabo a las puertas de su domicilio, una calle Jabugo a la que le tienen cerco.



De hecho, Manuel Ruiz de Lopera ha recibido varias manifestaciones de apoyo a los pies de su casa, siendo un nutrido grupo de aficionados del Betis, primero, el que se concentró a las puertas de Incecosa para pedir a Lopera que no firmara el acuerdo por el que se desharía del paquete mayoritario de acciones del Betis, entonando un breve discurso en el que, entre muchas otras cosas, dijo que "no" había "robado un duro" en su vida.

Unas muestras de apoyo que, sin embargo, serían superadas una semana después, cuando el ex máximo mandatario del conjunto verdiblanco fue agasajado por una tuna que entonó una canción para convencerlo de que no venda: "Después de ocho años, ahora te dicen que eres muy bueno, que les regales el Betis, a los que tanto daño te hicieron".



Una puerta, la de Lopera, que este mes de octubre ha sido cercada por sus seguidores, habiendo despertado, además, el celo de cierto sector del beticismo, que ve cómo el nuevo proyecto deportivo al que han dado forma Haro y Catalán, de la mano de un Torrecilla que ha depositado toda su confianza en Poyet, no acaba de arrancar. Lopera, mientras, sigue macerando la actualidad bética.