La espinita clavada de Jordi Figueras en el Betis: "Eso me dolió..."

El ilerdense, orgulloso de haber "pedido siempre el balón como el primero pese a tener a toda la afición en contra", recuerda un episodio en el que compañeros de vestuario no estaban de acuerdo con su deseo

La espinita clavada de Jordi Figueras en el Betis: "Eso me dolió..."
Retirado el verano pasado tras su etapa en el Algeciras, el central zurdo, aquí durante un Betis-Albacete. - CORDON PRESS
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Aterrizó en el Real Betis en el verano de 2013, seguramente en el peor mercado invernal en muchos años (llegaron Xavi Torres, Cedrick, Andersen, Sara, Steinhoffer, Verdú, Lolo Reyes, Braian Rodríguez...), antesala del descenso más vergonzante de la centenaria historia verdiblanca. Con 25 míseros puntos descendieron los heliopolitanos, que regresaron al año siguiente para, por fortuna, no volver más a Segunda división. Con Ángel Haro y López Catalán al frente, la situación ha cambiado radicalmente, hasta el punto de que el equipo lucha este mes de mayo por entrar por cuarto año consecutivo en competición europea, asentado en la elite y, en los últimos años, deportivamente por encima de su eterno rival. Jordi Figueras, comprado por 300.000 euros al Brujas entonces tras un buen curso en el Rayo Vallecano, se marcharía en enero de 2016 al Eskisehirspor turco, aunque, más de ocho años después, todavía tiene un espinita clavada.

"Venía del Rayo y pensaba que no me conocía nadie, pero allí lo viven y lo sienten como nadie. Era duro ir por la calle o sentarte en un restaurante con tu familia y escuchar 'vaya paquete'. El año de Segunda, durante el partido de presentación ante la Fiorentina, donde estaban Joaquín y Piccini, que luego lo firmamos, recuerdo que dijeron por megafonía 'con el número 6, Jordi Figueras'.... y, desde dentro, se oyó una pitada que... Luego, lo analizas fríamente, y es duro de parte de tu propia afición. Yo me quise quedar para devolver un poco (al equipo a su sitio), aunque no fuera por mí, pero sí quería ser partícipe de llevar al club de nuevo a Primera. Lo pasé mal, pero creo que no se me notaba. Siempre he sabido diferenciarlo mucho. Cuando entro al campo, me olvido de todo. A día de hoy, el que era el doctor (Tomás Calero) siempre me dice 'qué huevos tenías, con toda la gente en contra y pidiendo el balón como el primero'", confesó en el famoso podcast deportivo 'Offsiders'.

El ilerdense, además, rememora un momento en el que se quedó con algo pendiente que le habría gustado vivir: "El año del ascenso me llevé una desilusión increíble. Era la primera vez que subía de Segunda a Primera. Casi todos queríamos ir en el clásico bus descapotable, porque pensábamos que, siendo el Betis, iba a estar la ciudad llena, pero hubo compañeros que no le veían bien, porque el Sevilla FC estaba jugando por ganar una Europa League, mientras que nosotros habíamos cumplido el objetivo principal que teníamos, subir. Creo que debimos celebrarlo igual, olvidándote de si la rivalidad es muy grande o pequeña, o si tenías que estar en Primera y no haber bajado, pero la verdad es que estábamos en Segunda y habíamos cumplido, además siendo campeones. La verdad es que eso a mí me dolió".