El
Betis tiene que afrontar la sequía de sus delanteros (entre Rubén, Álex Alegría, Sanabria y Zozulia no han sido capaces de marcar ni un gol en las últimas siete jornadas) con el hándicap añadido de que, para ganar un partido, está obligado a anotar un mínimo de tres dianas. Y es que el conjunto verdiblanco promedia dos goles en contra por partido, un promedio muy negativo que obviamente han engordado las goleadas que le propinaron el Barcelona (6-2) y el Real Madrid (1-6).
No obstante, a pesar de que estos dos partidos empeoran los guarismos, el
Betis es el segundo equipo más goleado de la Liga con 22 y sólo por detrás de los 25 del Granada.
No es casual, ya que el portal defendido por los heliopolitanos es el más acribillado de la Liga, como prueban diversos guarismos: es, con mucha diferencia, el que más tiros totales recibe con 180 (más de 16 por partido), es decir, 18 más que el Sporting de Gijón (162).
Además, es el equipo que más disparos recibe entre los tres palos con 71, ligeramente por delante del Granada (70) y de Osasuna (62).
Y el bombardeo es tierra-aire, pues también es el segundo que más remates con la cabeza concede, con 32, diez menos que el conjunto navarro.
Con estos números, no resulta sorprendente que el
Betis sólo haya sido capaz de mantener imbatido su marco en dos de las 11 citas ligueras (por contra se ha quedado sin marcar en cinco).
Todo ello, sin que se pueda culpar lo más mínimo a Antonio Adán, que es el meta que más paradas realiza de la Liga con 49, cinco más que el granadinista Ochoa.
La sangría defensiva del
Betis sería aún mayor si los postes no hubiesen evitado otros seis goles. Uno menos, cinco, tienen Osasuna y Granada.
Aitor Torvisco2 min lectura