La mayor ilusión en verdiblanco de la temporada que está a punto de acabar respondía al nombre de
Arnaldo Antonio Sanabria Ayala. El delantero paraguayo fue el elegido para convertirse en la piedra angular del primer proyecto de
Miguel Torrecilla al frente de una dirección deportiva bética que ha tenido la suerte de espaldas y ha sufrido un hándicap que ha mermado mucho su mayor inversión: una
pubalgia que no le ha dado tregua al '9' durante todo el curso y que le va a hacer acabar la
Liga como la empezó, lesionado.
Fichar al internacional guaraní no fue nada sencillo. El
Betis tuvo que batirse el cobre en intensas negociaciones con la
Roma y con un fuerte interés del
Tottenham, encareciendo un producto que desde Heliópolis intentaron sin éxito rebajar. Al final, le tasaron en 15 millones y el Betis se hizo con la mitad de su pase por 7,5, cifra que pagará en plazos (este verano deberá abonar 1,5 kilos).
Esto le convirtió en la mayor inversión de la 'era pos-Lopera' y en el sexto fichaje más caro de la historia del club, tras los de
Denilson (31,5 millones),
Benjamín Zarandona (10),
Sergio García (8,5),
Rafael Sobis (8,5) y
Oliveira (8).
Este cartel ha sido una pesada losa para el guaraní, que ha sido preguntado a menudo por ello y que inevitablemente ha sentido presión. No obstante, lo que de verdad le ha impedido rendir como todos esperaban es una lesión de pubis de la que sigue intentando salir y que, casi con total seguridad, le forzará a pasar por el quirófano.
Por decisión técnica sólo se ha perdido un partido (vio desde el banco el 1-6 ante el Madrid). Sin embargo, en el año con más problemas físicos de su carrera, se ha perdido 13 partidos por lesión. De hecho, ya llegó al
Betis con problemas en el
pubis y, además, se lesionó el hombro apenas dos semanas después de su llegada. Fue el 6 de agosto, en un amistoso ante el
Montpellier en Francia.
Volvió justo a tiempo para el inicio liguero, pero a pesar de completar las dos primera jornadas, se veía que no estaba bien. Era ese maldito pubis, que le obligó a parar por primera vez coincidiendo con el primer parón de selecciones y que le tuvo K.O. más de un mes, tiempo en el que se perdió cinco jornadas.
Le costó muchísimo encontrar el ritmo y más aún hacerse con un puesto de titular. Lo logró antes de acabar 2016, pero en el primer partido de 2017 (precisamente contra el
Leganés) se volvió a lesionar, esta vez, por una
rotura de grado I-II del recto anterior del cuádriceps derecho que le tuvo en el dique seco otro mes y que le dejó fuera otros tres partidos.
Tras recuperarse, jugó seis de los 11 únicos partidos que ha completado esta campaña (de un total de 24, 22 de Liga y dos de Copa), antes de volver a la enfermería.
Ahí lleva desde finales de abril, luchando contra una entesitis en el adductor derecho y que, según han confirmado los médicos del
Betis y de la
Roma, tiene su origen en la pubalgia que le acompaña desde el verano. Cinco goles (uno a medias con Keylor Navas) es una cifra exigua para la mayor inversión del
Betis. Tanto él como el club deben aprender la lección, subsanarla durante el verano y empezar a tope la 2017/2018.
1. Lesión en el hombro: Llegó a mediados de julio, tardó unos días en entrenar con el grupo y el 6 de agosto, en un amistoso, se lesionó el hombro. Fue baja más de dos semanas.
2. El problema de la pubalgia aparece: El primer parón de selecciones saca a la luz el verdadero problema de Sanabria. El pubis le tiene de baja más de un mes y se pierde cinco partidos de Liga.
3. Un frenazo inoportuno: Un largo sprint ante el Leganés le causa una rotura de grado I-II en el adductor derecho y pasa un mes de baja.
4. Una entesitis en el cuádriceps derecho debido a la pubalgia: Tras jugar 20 minutos en Las Palmas, no ha vuelto. Sufre una entesitis en el cuádriceps derecho que tanto los médicos del Betis como los de la Roma creen que se deben a la misma pubalgia.
Aitor Torvisco6 min lectura