Aunque es el
Leicester City el que defiende el título, pese a la llegada de Conte al todopoderoso
Chelsea y a que el
Arsenal mantiene el bloque del pasado año, la atención de la Premier, que hoy arranca, se centra en
Manchester, donde
Guardiola y
Mourinho reivivirán la rivalidad que ya tuvieron en España.
Esta urbe de poco más de 500.000 habitantes y conocida por su desfavorable clima y su buen gusto musical -cuna de legendarios grupos como The Smiths, Oasis o The Stone Roses-, ha recibido este verano a dos de los entrenadores más mediáticos y con más renombre del panorama futbolístico actual. Además de los hinchas de ambos conjuntos, aficionados al fútbol en general, y periodistas, también gente a la que le es indiferente el deporte está expectante para ver cómo será la convivencia de estos dos viejos conocidos en la ciudad.
El portugués y el catalán trabajaron juntos en el año 1996, cuando uno era ayudante de Robson y el otro lideraba el conjunto azulgrana como capitán. Mucho más tarde, la rivalidad se fue acrecentando. Los encontronazos, empujones, discusiones y hasta insultos se repitieron cada año, con Pep dirigiendo al Barcelona y ‘Mou’ al Inter de Milán y al Real Madrid.
“José lo dijo muy bien en su rueda de prensa: esto no es sobre él o yo. Estamos centrados en nuestros trabajos”, avisa Guardiola. Nadie les cree.