La segunda de Haro y Catalán

Se presentan como el nuevo presidente del Betis y el nuevo consejero delegado. Ángel Haro y José Miguel López Catalán. Llegan con las mismas buenísimas intenciones con las que ya estaban, pero el bético sabe que son copartícipes del desastre institucional en el que, hasta la fecha, vive inmerso el Betis. Generaron la esperanza, se ganaron la confianza de la afición y ya han quemado un cartucho. Merecen un segundo intento, porque nadie duda de la honestidad con la que llegaron y con la que permanecen. Hasta que se demuestre lo contrario, todo apunta a que vienen a servir al Betis y no a servirse; de hecho, han comprado acciones y se están jugando su patrimonio.

En la primera etapa, les ha faltado, y así lo reconocen, comunicar mejor. Pero se equivocan si piensan que ese error está relacionado con montar una televisión y una radio, una Tele-Betis y una Radio-Betis. Ese invento nada tiene que ver con la modernidad. Son medios muy antiguos que ya se sabe que en los clubes de fútbol sólo sirven para la propaganda interesada, y no para contar las verdades que quieren oír y leer los socios. Si dan prioridad a ese proyecto, y lo presentan la próxima semana o la siguiente, ya estarán manifestando que no se han enterado de nada. Mientras el Betis esté al borde del descenso, no hay nada más importante que centrarse en el aspecto deportivo; ni siquiera la radiada -nada discreta- negociación con Lopera.

Antes que entrar en la comunicación, deben dedicarse en cuerpo y alma a arropar a Juan Merino y a los jugadores, a tenerlos contentos, a supervisar que no les falte el más mínimo detalle, porque en esos pequeños detalles se pierde una categoría. Si son inteligentes, y lo parecen, Haro y Catalán deben darse cuenta de que, pasado el mercado invernal y atisbándose el final de la competición, tienen muy pocas soluciones al alcance de la mano. Apostar públicamente por Macià como director deportivo tiene su lógica.

¿Para qué montar una crisis en ese apartado que enturbie el entorno? Tiempo tendrán, cuando esté el equipo salvado, para decidir si será Macià o no el encargado del próximo proyecto deportivo. Y la apuesta por Merino, ya puestos, pues también es coherente, aunque el propio Juan sabe que su continuidad depende de los buenos resultados. Es lo que les queda. No hay más. O sí. Hablar lo justo y necesario, y, a ser posible, sin generar polémicas inoportunas. "Por afición, el Betis debe estar encima del Sevilla", dijo ayer Haro en 'Radio Marca'. Una opinión respetable, como todas. Pero los béticos, tal y como se han desarrollado los últimos años en la ciudad, la última década para ser exactos, no quieren palabras ni halagos gratuitos. La afición del Betis exige dirigentes competentes, valientes, trabajadores, que hablen cuando tengan que hablar para aclarar situaciones que afecten estrictamente al Betis, y que callen lo que tengan que callar si eso les sirve para no perderse en batallas ridículas y para colocar al Real Betis entre los mejores clubes del fútbol español.