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Los madridistas egipcios, eufóricos por la victoria pero desconsolados por Salah

Los madridistas egipcios, eufóricos por la victoria pero desconsolados por Salah
Los madridistas egipcios, eufóricos por la victoria pero desconsolados por Salah
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 4 min lectura

El Cairo, 26 may (EFE).- Vítores, fuegos artificiales y cánticos en español. Así, los madridistas egipcios han celebrado la decimotercera 'Champions' del Real Madrid, aunque con un sabor amargo por la lesión de su ídolo, la estrella egipcia Mohamed Salah.

En un descampado en el este de El Cairo, la peña oficial madridista de Egipto ha conseguido reunir a más de 2.000 personas en un mismo lugar, donde el sentimiento era merengue, pese a que algunos estaban divididos por el rojo de la camiseta del Liverpool de Salah.

De pie en las sillas, la tensión se vivió en todo momento durante la final, pero la mala caída de Salah tras una acción con Sergio Ramos en el minuto 30 dejó al público egipcio sin palabras, roto por una oleada de aplausos cuando se retiró entre lágrimas.

Desde ese momento, "el partido perdió toda la emoción", dijo a Efe Ahmed Bassem, de 21 años.

"Me siento muy, muy triste por lo de Salah", afirmó mientras se agarraba la camiseta del conjunto blanco. "A mí no me gusta Ramos y nunca me ha gustado. Y menos ahora, especialmente, después de lo que le ha hecho a Salah. Porque Salah es Egipto", apuntó.

De pie en una de las miles de sillas colocadas aleatoriamente en el terreno, su compañero Ahmed, que también lleva la camiseta del Real Madrid, solo espera que Salah se recupere lo antes posible para que pueda jugar el Mundial de Rusia, que comenzará en menos de tres semanas.

"Merecía jugar mucho más tiempo porque (Salah) es uno de los grandes y ha tenido mala suerte", aseveró a Efe Ibrahim Al Kady, secretario de la peña madridista Café Cairo, la única oficial en el país de las pirámides.

Salah es considerado un ídolo para los egipcios, después de que anotase el gol que clasificó a los faraones, tras 28 años de ausencia, para el Mundial de Rusia.

Por eso, tanto en Egipto como los seguidores árabes de Salah rompieron en insultos hacia Sergio Ramos en las redes sociales y en las cafeterías en las que se sentaban.

Tras ese momento de desconsuelo, la euforia llegó con la chilena de ensueño que anotó el galés Gareth Bale, que provocó que los saltos y los abrazos olvidasen lo ocurrido media hora antes.

Incluso alguno lo celebró en la postura en la que los musulmanes se colocan para rezar, tal y como Salah hace para celebrar sus tantos.

Algunas bengalas espontáneas y fuegos artificiales que salían del centro del solar daban a entender que los madridistas egipcios ya se sentían que habían ganado la cita en Kiev, consiguiendo así su tercer título consecutivo bajo el actual formato, algo que ningún equipo había logrado.

Detrás de la pantalla grande colocada para la ocasión, uno de la peña animaba al público con un micrófono, gritando en español para que los egipcios se fuesen preparando para cantar la victoria que tanto esperaban.

Minutos antes del final, la joven egipcia Basma, que había acudido al partido con sus amigas, se comía las uñas esperando. El segundo tanto de Bale en el minuto 83 la hizo respirar y ondear al canto de Hala Madrid la bufanda del club merengue.

Una vez que el árbitro pitó el final, los egipcios empezaron a despojarse de sus camisetas para besarlas y alzarlas bien alto, hacia el cielo, aunque alguno que otro acabó apoyándose en los coches aparcados a las afueras del solar llorando a su estrella, Salah.

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