Francisco Salas3 min lecturaLa UFC sigue su expansión mundial a gran escala con la vista puesta en Europa, ya que aunque la llegada a España va a tener que esperar hasta 2025, toda vez que no hay espacio material para meter un nuevo evento numerado esta temporada, si que va a tener lugar uno en el viejo continente, más concretamente en Inglaterra. El país anglosajón tiene una grandísima tradición, tanto de luchadores como de base de aficionados y por ello es habitual que celebren allí eventos, pero muy pocos como este que va a tener lugar en Manchester el 27 de julio, el cuál se va a colar de lleno entre los mejores del año.
Este UFC 304 va a tener casi con total seguridad a los dos campeones del mundo británicos defendiendo sus coronas. El combate estelar es uno de los más esperados, con Leon Edwards, el poseedor del cinturón en el peso welter, enfrentándose a un rival durísimo como Belal Muhammad. El inglés es el número 3 libra por libra y lo va a querer demostrar ante su público.
El otro gran aliciente va a ser Tom Aspinall. Es el campeón interino del peso pesado y cada combate suyo es un tremendo espectáculo. Aún no está claro quién será su rival, pero quiere luchar en casa y está preparado. Esto lo único que hace es retrasar aún más la pelea que se ha ganado, la de combatir con quién sigue ostentando el cinturón, Jon Jones. El que es para muchos el mejor de siempre lleva más de un año parado, por lo que tarde o temprano tendrá que medirse al que está ocupando su puesto mientras vuelve. Eso sí, no es fácil que se dé, porque está embarcado en diversos problemas con la justicia.
Cada vez que se llevan un evento numerado fue de Estados Unidos tratan de amoldarse al horario de 'primetime' yankee y esta no va a ser la excepción. Pese a ser en Manchester, la cartelera preliminar comenzará a las 23, dejando la estelar a las 3 de la mañana, las 4 en España. Esto puede parecer que vaya a perjudicar al espectáculo, pero si retrocedemos al UFC 204, que fue en la misma ciudad y se hizo lo mismo, podemos ver que funcionó a las mil maravillas, pues en esa ocasión el Manchester Arena estuvo rebosar, con 16000 gargantas apoyando a sus compatriotas, como si de una rave se tratara.