50 ANIVERSARIO MÉXICO'68

Nicolao, el nadador argentino que se quedó sin competir por el tránsito

Nicolao, el nadador argentino que se quedó sin competir por el tránsito
Nicolao, el nadador argentino que se quedó sin competir por el tránsito
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 5 min lectura

Buenos Aires, 13 may (EFE).- Candidato al podio y uno de los mejores nadadores en la historia de Argentina, Luis Alberto Nicolao hizo todo lo posible para garantizarle a su país una medalla en la primera cita olímpica americana, en México 1968, pero un embotellamiento de tránsito le impidió competir.

Se quedó con las ganas de comprobar en la piscina si podía subirse a un podio -que hubiera sido histórico para el deporte albiceleste- en los 100 metros mariposa, estilo que debutaba en los Juegos y distancia en la que Nicolao había batido dos veces el récord mundial.

"Estaba a tan solo 22 minutos de la pileta olímpica y me tomé un bus de la organización cuatro horas y media antes del comienzo de mi serie semifinal. Llegué justo en el momento del disparo de mi prueba y no pude competir", recordó el nadador en diálogo con Efe desde la ciudad de Mar del Plata, donde vive desde hace más de treinta años.

Dos veces plusmarquista mundial de esa especialidad en 1962 y veinticuatro veces campeón sudamericano, Nicolao aseguró que con 24 años aquella historia lo frustró tanto que nunca más volvió a competir de forma oficial.

"Terminé con mi carrera a un 72% de mi potencial por aquel hecho en México el 20 de octubre de 1968. Luego de entrenarme por casi tres años en el Santa Clara Swimminig Club de California y realizar una aclimatación de más de un mes, no pude medir mis posibilidades en el agua", rememoró Nicolao, que ganó tres medallas de bronce panamericanas en su corta carrera.

Tras finalizar séptimo en los 100 metros libre, una distancia que se inauguró para esos Juegos de México, Nicolao esperaba con ansias la prueba de mariposa porque sus pergaminos le permitían soñar con un podio.

Sin embargo, el caos de tráfico de la capital mexicana, sumado a la disputa ese mismo día del maratón, llevó a que esas cuatro horas y media que tardó en recorrer un trayecto que se hacía habitualmente en 22 minutos hasta la Alberca Olímpica Francisco Márquez cambiara su destino.

"Tenía marcas que me permitían ilusionarme y fue lo que me incentivó a mi entrenador en Estados Unidos, George Hays, a señalarme que el sueño de una medalla era posible. Luego del incidente esperé hasta las dos de la mañana para que la Federación Internacional de Natación (FINA) me habilitara una carrera extra para medir mi tiempo", comentó con nostalgia el nadador argentino.

Después de que le comunicaran la negativa a esa segunda oportunidad, Nicolao y unos integrantes de la delegación uruguaya nadaron esa madrugada una prueba extraoficial e hizo un tiempo muy parecido al que lograron los tres ganadores de las medallas: los estadounidenses Douglas Russell, Mark Spitz y Ross Wales.

"Al día siguiente, junto a Juan Carlos Bird -su entrenador-, nos encontramos con un gran campeón mexicano de saltos ornamentales que nos contó que su mujer estuvo en el debate de la Federación Internacional sobre el caso y que los dirigentes argentinos no acompañaron este reclamo", sostuvo.

"Quizás porque justo había elecciones de FINA y como el vice del candidato a presidente australiano era argentino y el octavo clasificado finalista era australiano... entonces si entraba yo, salía él", es la hipótesis de Nicolao sobre aquel acontecimiento de 1968.

Sin rencores con nadie, el nadador argentino nunca más volvió a entrenarse profesionalmente desde ese momento hasta que cumplió los 35 años.

"Once años después ya había más técnicas de entrenamiento y máquinas que permitían reducir la cantidad pero hacer hincapié en el aspecto técnico y físico. Como una prueba a mí mismo volví a entrenar siete meses e hice los mejores tiempos de mi vida. Claro que ya no eran de nivel mundial, pero significó una superación personal", afirmó Nicolao.

Por Fernando Czyz

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