El Sevilla acude hoy a Pucela con la necesidad de romper rachas demasiado negativas como para seguir alimentándolas. Lograr ya una victoria a domicilio se antoja fundamental para ganarse una credibilidad que aún no merece. No obstante, enfrente tendrá a una de las sorpresas más agradables de la presente temporada: Diego Mariño, un portero en un enorme estado de forma y que ‘ha caído de pie’ en su primera experiencia en Primera. Las cosas no salieron como esperaba en Villarreal, pero llegó el pasado verano a Valladolid de la mano de su agencia de representación, Eleven Sports, y de momento justifica la confianza de JIM con un penalti parado, dos choques con la puerta a cero y un catálogo de paradas espectaculares.
- Enhorabuena por su gran inicio de temporada. ¿No ha notado el salto de categoría?- La verdad es que pensaba que iba a notar más el cambio y me iba a costar más adaptarme, pero me he acoplado muy rápido, tanto al equipo como a la categoría. He de decir que venía con las ideas muy claras de lo que tenía que hacer para jugar y todo está saliendo a pedir de boca. He tenido la suerte de empezar la temporada jugando como titular y las cosas me están saliendo muy bien en lo personal. Para que todo sea perfecto, sólo falta que el equipo comience ya a ganar y a tirar para arriba.
- Ironías del destino, la historia de Diego Mariño es la de un gallego que se marcha a la cantera del Villarreal con 14 años para, al final, acabar debutando en Primera en Valladolid, bastante más cerca de su casa. ¿Imaginaba estrenarse en un equipo distinto al Villarreal?- Después de pasar tantos años allí (concretamente nueve), pensaba que mi debut en Primera sería con la camiseta del Villarreal. Pero el fútbol es así y no siempre salen las cosas como uno espera. De todos modos, me hizo mucha ilusión fichar por el Valladolid. Supongo que era una cosa del destino...
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Aitor Torvisco3 min lectura