Los rivales de los sevillistas temen el Sánchez Pizjuán

Al margen de las dinámicas del momento, el Sánchez Pizjuán ha resultado, históricamente, un estadio incómodo para los visitantes, ventaja potenciada en la segunda fase del curso pasado y prorrogada en el inicio del actual, con una racha que ha devuelto a la ´Bombonera´ la etiqueta de fortín y su capacidad para infundir respeto e, incluso, temor a los rivales.


Así, con su incontestable triunfo ante el Feyenoord por 2-0, amplía un partido más su ciclo de seis meses sin perder en casa, pues la última derrota se produjo el 13 de marzo de 2013, en octavos de la Europa League contra el Betis, si bien para encontrar un traspié en la Liga hay que remontarse un mes más atrás: al 9 de febrero, contra el Barcelona.


Los blanquirrojos, en comunión con su afición, se han hecho fuertes en Nervión en todas las competiciones, y los que lo visitan dan fe de esta realidad tan beneficiosa para los intereses hispalenses. En este sentido, Hinestroza, atacante colombiano del Getafe y debutante en la Liga, ya sabe qué se cuece en el Ramón Sánchez Pizjuán. "Es difícil ir a ese campo. Nos vinimos abajo, porque remontar dos goles en un estadio como el del Sevilla es muy difícil. Entrar en el momento en que lo hice no es fácil para un jugador. Tuve una opción que no entró, y, de allí, salió el gol de ellos, y ya hubo que remar muy a la contra. Uno se siente incómodo, muy mal", explicó el ´cafetero´, al que secundaron las últimas víctimas del Sevilla en su terreno de juego, los jugadores del Feyenoord.


Así, El Ahmadi reconoció la superioridad hispalense en el partido del jueves: "Sabíamos que tendríamos muy poco la pelota, y así fue. El Sevilla es un muy buen equipo, y mucho más en su estadio. Nos faltaron agallas y más coraje". Su compañero de equipo Toornstra, protagonista en la mejor ocasión del Feyenoord este jueves, indicó que sabían desde el principio que el favorito era el Sevilla y que, en la primera parte, aguantaron como pudieron el dominio nervionense.