El gol de Bacca en Cornellá alimenta otra hazaña

Sevilla F.C.-Espanyol: el Pizjuán invoca a su espíritu guerrero

Con la más que probable baja de Krychowiak y la duda en la portería. Se prepara la pócima de las noches mágicas en busca de otra remontada ante 45.000 almas blanquirrojas.

Sevilla F.C.-Espanyol: el Pizjuán invoca a su espíritu guerrero
- Fernando Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 4 min lectura
El Pizjuán prepara su hechizo. Desde el mismo momento en que Bacca, con su gol postrero en Cornellá, reanimaba las constantes de un equipo moribundo, en Nervión elaboran con mimo esa pócima de las noches mágicas que en otras ocasiones les devolvió la vida. Una vez más, el Sevilla está entre la espada y la pared. Al borde del abismo. Pero desde hace días se cuece ese brebaje de receta bien conocida, calentando una caldera que debe estallar esta noche.


Está en marcha la conjura. Cuarenta y cinco mil almas blanquirrojas invocarán al espíritu de las remontadas, creando esa especial atmósfera que empequeñece a los rivales y agiganta la versión guerrera de un Sevilla rebosante de fe. Porque todos creen que es posible. Desde el presidente a los jugadores, pasando por el técnico y, cómo no, por la afición. PAOK, Panathinaikos, Osasuna, Oporto o Betis, aunque en este caso no fuese en la ‘Bombonera’, sufrieron a ese Sevilla heroico que, cumpliendo con su himno, nunca se rinde, escribiendo una historia a la que hoy se aferran Emery y los suyos.


El aliento de la grada está asegurado. Pero la magia determinante es la que brota de las botas de futbolistas como Deulofeu, Bacca o Vitolo. Aunque Unai frota su lámpara y le faltan genios. Uno de ellos, pilar básico en el juego de contención. Y es que, aunque su carácter guerrero le hace apretar los dientes y forzar, Krychowiak tiene muy pocas opciones de estar en la batalla. El propio Emery ha admitido que será poco menos que un milagro que se recupere a tiempo, tras el esguince de tobillo que le produjo la patada del valencianista Gayá. Pero la nota positiva la pone Nico Pareja, que ayer se entrenó sin problemas tras su sobrecarga.


El de Hondarribia, pese a todo, guarda sus cartas con celo. No será hasta hoy, tras una última sesión, cuando despeje incógnitas, aunque uno de sus secretos mejor guardados no será desvelado hasta poco antes del choque. El debate en la portería está servido: seguir confiando en Sergio Rico, titular en los cinco partidos de Copa, u otorgar a Beto sus galones de titular ante la exigencia de la cita. El pasado curso, Javi Varas ya sufrió esta última opción. Y hoy le podría tocar al de Montequinto padecerla.


A partir de ahí, el panorama se aclara, aunque no faltan las dudas. Por ejemplo, en el lateral diestro, con Aleix como favorito, aunque son tres los candidatos. O en la medular, donde todo apunta a la dupla Carriço-Iborra, ya que la opción de Banega parece más una alternativa por si el gol no llega pronto. Igual que la posibilidad de jugar con dos delanteros. De inicio, Bacca debe ser el único estilete.


Con esos mimbres, los once guerreros elegidos por Unai deben intentar que la presión previa a toda final no les atenace. Tras el 3-1 de la ida, hay que hacer al menos dos goles. Pero también vigilar la meta propia. Porque un tanto en contra podría espantar a sus espíritus y convertirlos en fantasmas. Y el Espanyol, en racha, cuenta con dinamita arriba, con un Caicedo en estado de gracia y un bloque que, aun con canteranos como Pau y Duarte, apostará de nuevo por la contra para meter miedo e intentar no arder en la caldera sevillista.
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