Por segunda temporada consecutiva, el
Sevilla Atlético ha vivido en el alambre. El filial franjirrojo se salvó en el tramo final del campeonato, al igual que hace dos ejercicios, lo que ha posibilitado un cambio de mentalidad respecto al primer filial.
Bien es cierto que el conjunto dirigido por
Diego Martínez apenas ha estado en puestos de descenso, pero la amenaza ha estado ahí y desde
Nervión no se quiere presenciar un hipotético descenso a Tercera división.
Por ello, al igual que hace varias temporadas, el Sevilla vuelve a considerar de cara a la campaña próxima fichajes de jugadores jóvenes, pero con experiencia en Segunda B. La agresiva apuesta por la cantera, promocionando solo futbolistas del
División de Honor Juvenil y en contadas ocasiones del
Sevilla C, ha servido para impulsar a algunos futbolistas, aunque el riesgo competitivo es evidente.
Por ello, de cara a la temporada próxima, al igual que ocurrió en años anteriores con jugadores como
Deivid,
Atienza o
Hiroshi, se contempla la incorporación de futbolistas jóvenes y con margen de promocionar, pero que hayan tenido minutos en la Categoría de Bronce. Es decir, jugadores que hayan nacido en 1993 o 1994, de 21 o 22 años, que aporten el saber estar en el campo que la excesiva juventud que ha tenido la plantilla nervionense en los dos últimos campeonatos no tenía.
Hay que pensar que el primer juvenil, dirigido por
Agustín López, principal vivero del
Sevilla Atlético, es a su vez un conjunto extremadamente joven, con la mayoría de sus jugadores siendo primer o segundo año juvenil, por lo que el salto a Segunda B sería excesivo.
De hecho, no hay que descartar que se realicen varias incorporaciones con el perfil detallado que sirvan a su vez para curtir a las perlas criadas en la Carretera de Utrera, además de contar con un bloque de jugadores que cumplirán su segunda temporada en Segunda B (
Matos, David Carmona...), cuyo crecimiento debe ser todavía mayor.