El análisis

Pérdida de identidad cada día más alarmante

La extraña revolución de Emery no logra solucionar los problemas de creación ni una insultante apatía en defensa.

Pérdida de identidad cada día más alarmante
Primer partido de Immobile como titular. - Aitor Torvisco
Aitor TorviscoAitor Torvisco 2 min lectura
Emery, perfeccionista como pocos, suele tocar lo que funciona, por lo que, ahora que las cosas no le salen, es de esperar ver cosas tan raras como su once de anoche.

El césped, impracticable, hacía imposible rasear (en teoría, porque Las Palmas sí lo hizo, con Roque y un Jonathan Viera disfrazado de Maradona) y por eso el vasco salió con una medular con tres mediocentros, uno de ellos un Cristóforo sin ritmo, y lo basó todo a un juego directo a dos puntas altos.

Sin embargo, al margen de algún detalle combinativo de Krohn-Dehli y de las subidas de Coke, el único con amor propio, el Sevilla fue preso del atasco en la medular y de falta de identidad. Nadie tenía muy claro cuál era su rol y apenas se vieron balones colgados hacia Llorente e Immobile, que son tan parecidos en sus movimientos que se estorbaron.

Para colmo, los locales marcaron en su primera ocasión, con un fallo de marca de un parsimonioso e irreconocible Trémoulinas.

Emery buscó la reacción con Gameiro, Reyes y Vitolo por Immobile, Cristóforo y Llorente. Cambió a un 1-4-2-3-1 y se vio un Sevilla más reconocible, pero igual de apático. Nadie quiso incómodar a Alcaraz en el salto del 2-0.

Los rivales cada vez necesitan menos para hacerle daño a los nervionenses. Pinta feo.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram