Sevilla F.C. - Rayo: Nervión ya no puede regalar más puntos

Comienza a sonar repetitivo. Pero no hay otra. Ganar sí o sí. Ese es el lema que el sevillismo tiene grabado a fuego. Una ineludible misión que las tropas nervionenses ansían cumplir con la fuerza de la unión. Es la conjura que ha nacido en el vestuario y que ha volado a través de las redes sociales, buscando la compresión y el apoyo de una hinchada que anda lógicamente preocupada, pero que hoy debe convertir el Pizjuán en esa caldera que intimida a los rivales.

Unidos más que nunca, equipo y afición deben remar todos juntos en la misma dirección. Y habrá que tener paciencia. De lo contrario, la tensión y el runrún de la grada puede atenazar las piernas de unos futbolistas que parecen haber perdido el sello ganador que Emery les había impregnado. El vasco no da con la tecla y su equipo, amén de los pobres números que presenta, ofrece sensaciones muy negativas.

Pero más allá del juego, hoy toca ganar. Por lo civil o por lo criminal. No es que realmente se tema en Nervión por un descalabro que les condene todo el curso al sótano de la tabla, salvo los más agoreros, pero la Liga avanza, los rivales directos suman y los objetivos se alejan. Y en el horizonte inmediato ya se divisan la Juve y el Barça. Casi nada.

Ya habrá tiempo, sin embargo, de pensar en ellos. Hoy no se puede reservar nada. Ni una gota de esfuerzo. Ahora sólo ocupa y preocupa un Rayo que siempre es arma de doble filo, defensor de un atrevido estilo que unas tardes te domina cual ´Pep Team´ y que otras hace aguas. Jémez no variará su filosofía. La pregunta es qué hará un Emery que parece dar palos de ciego. Sólo así se entiende su extraño experimento en Las Palmas. Una fallida decisión que hoy debe dejar paso a un Sevilla mucho más reconocible, con la premisa ineludible de la intensidad perdida, aunque sin una pieza clave como Vitolo, el último en sumarse a la larga lista de bajas, y que debe propiciar la entrada de Konoplyanka. Con todo, el once dependerá de si Unai regresa al habitual 4-2-3-1, con Gameiro en punta y Krohn-Dehli haciendo de Banega, o apuesta por hacerle sitio a Llorente en un 4-4-2, lo que provocaría que el danés se disputase un puesto con N´Zonzi o cayese a la izquierda en detrimento de ´Kono´.

Enfrente, el Rayo llega sin los lesionados Pablo Hernández y Zé Castro y el sancionado Ebert. Pero también sigue manteniendo Unai un largo carrusel de bajas: Beto, Carriço, Rami, Banega, Escudero, Kakuta, Pareja y Vitolo. Nada es excusa. Nervión ya no puede regalar más puntos. Con o sin cartel en el estadio.