Juventus - Sevilla FC: La ilusión se mezcla con la incertidumbre

Turín. Cerrar los ojos y escuchar su nombre dibuja una sonrisa en el rostro de todos los sevillistas. Allí se vivió el histórico culmen a una temporada que, como la presente, comenzó torcida. Allí levantó Rakitic la tercera Europa League. Y allí regresan hoy las huestes nervionenses con la ilusión lógica por disfrutar del boato de la Champions en casa del actual subcameón del torneo.

Todos, profesionales y aficionados, sueñan con partidos así. Pero no llega en el mejor momento. La incertidumbre y las dudas flotan en el ambiente. Porque el anhelado y necesario primer triunfo liguero ‘sólo’ ha servido, que no es poco, para respirar hondo de alivio. Pero las sensaciones siguen siendo las mismas. Malas. Así, o la mejoría es notoria, o el sufrimiento puede ser el sino sevillista en el escenario de su reciente gloria.

El ejemplo a seguir, precisamente, debe ser el del estreno en la competición. De largo, penaltis al margen, el duelo ante el Gladbach fue el mejor del curso. Ese día los pupilos de Emery sí mostraron el equilibrio perdido, ejecutando un fútbol práctico sobre la premisa de la intensidad. Cualidades que se creían intrínsecas a este equipo y que parecen haber desaparecido, mientras Unai no da con la tecla y comienza a amontonar extrañas decisiones, por más que luego las argumente.

Por ello, el once es una incógnita. Y eso que el vasco no tiene mucho dónde elegir. Porque la enfermería, en lugar de vaciarse, roza el ‘overbooking’. Hasta nueve bajas por lesión hay que lamentar. La última, la de un Llorente que no podrá comenzar a justificar su fichaje en su antigua casa. Junto al riojano, se quedaron en tierra Vitolo, Banega, Carriço, Rami, Beto, Escudero, Kakuta y Pareja. Casi para formar una alineación.

Mientras tanto, en Turín podría gozar de una nueva oportunidad el motivado Immobile, formado en la ‘Vecchia Signora’, para preservar a un Gameiro que viene jugándolo todo. Y es que en tres días llega el Barça...

En cuanto al resto, la duda reside en saber si Unai aprovechará el subidón de un Konoplyanka determinante en lances puntuales o vuelve a poblar su medular con mediocentros, apostando en ese caso por el trabajo de Krohn-Dehli.

Todo ello, ante una Juventus que también dista mucho de la versión del pasado curso, sin Mandzukic, Lichtsteiner, Cáceres y Marchisio, lesionados, y que calca los números del Sevilla en su liga, con un sólo triunfo, por lo que Allegri dará un giro de timón, recuperando el 3-5-2 del pasado, ese tiempo mejor al que también desea volver su rival.