Sin punch, necesita competir más de 45'

Emery esperaba a otro Granada, al Granada de siempre en casa, al peor equipo de la Liga, y pensó que tendría espacios a la espalda de su defensa. Por eso, devolvió la titularidad a Gameiro y se la entregó a Reyes, el mejor lanzador de contras del equipo.

Pero el cuadro de Sandoval sorprendió de inicio con un 5-2-1-2 (3-4-1-2 en ataque) y, tras replegar bien, cogía desnudo, en rápidas transiciones conducidas por Rochina, Success y Peñaranda (menudo descubrimiento el suyo), a un Sevilla al que, además, le faltaba intensidad sin balón y mucho fútbol.

Los problemas eran tan evidentes que estaban cantadas las sustituciones de Banega (control) y Cristóforo (alguien para frenar las rápidas transiciones nazaríes) en el descanso (¿Está prohibido hacer cambios antes?). El Sevilla mejoró tanto que en unos minutos ya había generado muchas más ocasiones que en toda la primera parte, tirada a la basura como otras muchas veces fuera de casa y, como en todas esas ocasiones, tampoco fue capaz de remontar.

Regalar 45 minutos al rival, aun siendo el peor de la Liga en su feudo, es demasiado, sobre todo cuando te falta tanto gol. Gameiro sigue fallando en exceso.