El análisis del derbi

Sale con una soga y el Sevilla no la aprieta

Sale con una soga y el Sevilla no la aprieta
Un banquillo con Ceballos, Adán, Rubén, Joaquín... - Aitor Torvisco
Aitor TorviscoAitor Torvisco 3 min lectura
El listón estaba muy bajo, pues en el derbi liguero el fútbol brilló por su ausencia y el juego se paró constantemente, pero el primero de los de Copa tampoco fue una oda al espectáculo. De hecho, la palpable falta de convicción del Betis se lo puso demasiado fácil a un Sevilla sin motivación ni confianza suficientes para haber cerrado ya ayer la eliminatoria.

Hubo, eso sí, mucho toque, siempre con posesión visitante y con un ritmo de juego muy bajo, gracias a la ausencia de intensidad. Aunque la primera falta llegó a los 30 segundos, no hubo otra hasta el 18´. Ambos dejaron jugar.

Y eso que los onces hacían presagiar otra contienda espesa en la que el Betis aceptaba un rol de defender y poco más, sin ocultar que el derbi no le pillaba en buen momento. Mel salió sin Adán, Rubén, Ceballos y Joaquín, en un 1-4-2-2-2 con cuatro mediocentros: Digard-N´Diaye, doble pivote, y Petros-Portillo de interiores.

Otros cuatro sacó Emery en una variante de su 1-4-2-3-1, con Krychowiak de ´5´ y Cristóforo y Krohn-Dehli como escuderos de un Banega al que Petros persiguió con y sin balón. Nada de la feroz presión alta del 19-D. Salvo el brasileño, todo el Betis esperó en su campo y dejó tocar a un Sevilla muy cómodo, sin prisas y sin ese nervio que perdió hace tiempo.

A veces, el partido no era más que un rondo. Había huecos, como por el que se coló Krohn-Dehli (0-1). Muy bien el danés, internándose para asumir la batuta si Banega estaba tapado. A partir del gol, los de Nervión contemporizaron aún más y no vacilaron en dejar a ratos el balón a su rival, al que le quemaba.

Era incapaz de asociarse y, por eso, Mel sólo tardó 36 minutos en hacer un cambio: quitó a Petros (con amarilla) y sacó a Joaquín.

El más facultado para ofrecerse e intentar elaborar era Portillo, quien simbolizó la falta de convicción de un Betis en el que los acontecimientos de las últimas semanas han hecho mella. Al malagueño le suplió Ceballos justo después del 0-2, al poco de la reanudación.

Acción a balón parado donde la hasta entonces arropada zaga local mostró su habitual falta de contundencia.

El Sevilla lo vio tan fácil que no quiso hacer sangre. Entraron Reyes, Gameiro y Kono, Banega tiró dos veces al palo y tuvo a tiro la goleada, pero incluso dio opción de revivir al Betis: penalti de Kolo que falló un Rubén depresivo, como todo su equipo.
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