El análisis del Athletic-Sevilla

El pase hacia ninguna parte

El pase hacia ninguna parte
Kranevitter no falló ni un pase en 'La Catedral'. - Carlos Pérez
Carlos PérezCarlos Pérez2 min lectura
"No es lo mismo jugar para tenerla que tenerla para jugar", repite en muchas ocasiones el segundo entrenador del Sevilla, Juanma Lillo, cuando le preguntan por Guardiola: "Su gran aportación es el pase como vehículo intencional". No puede decirse que sus pupilos lo aplicaran ayer en San Mamés, donde firmaron un altísimo 65,2% de posesión sin tener casi nunca el control real del juego. Es decir, sobró balón y faltó intención. Los blanquirrojos, una vez más, mostraron muchos problemas para llevar el cuero a campo rival (tocan en exceso en el propio) y para ponerse de gol. Casi no pisaron, por ausencia de profundidad, el área rival. Para colmo, sigue regalando demasiado atrás. El 1-0 llegó tras una mala entrega de Kolodziejczak, ayer sobrepasado en la zona por donde más ataca el Athletic; en el segundo, por un nuevo error en la salida; y del tercero es mejor ni hablar (a Iborra sólo le quedaba jugar de portero).

Sampaoli, tras el derbi y, sobre todo, antes de recibir al Olympique de Lyon (con la Juventus favorita del grupo, los dos partidos ante los franceses serán como finales), hizo rotaciones, muchas, pero Carlos Fernández, Correa y Sarabia entraron muy poco en juego. Lo más extraño, no obstante, es que ni Vitolo ni el ´Mudo´ Vázquez aportaron nada como recambios.

Del lado contrario, Samir Nasri demostró que quiere liderar este Sevilla. Y eso es mucho. Falta, eso sí, mejorar la idea. Crear los mecanismos para sacarla jugada y precisión para llegar al último tercio. Que hay que tener el balón ya está sumido. Queda saber para qué y, sobre todo, cómo.
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